La baja exposición pública de los dirigentes empresariales es tanto o más palpable en el caso de los primeros espadas de los bancos. Por ello las escasas declaraciones de presidentes y consejeros delegados suelen carecer de anuncios o peticiones efectistas. Esta máxima se cumple en el caso del presidente de CaixaBank, Jordi Gual, que ha […]
NacionalDirigentes Digital
| 19 nov 2019
La baja exposición pública de los dirigentes empresariales es tanto o más palpable en el caso de los primeros espadas de los bancos. Por ello las escasas declaraciones de presidentes y consejeros delegados suelen carecer de anuncios o peticiones efectistas.
Esta máxima se cumple en el caso del presidente de CaixaBank, Jordi Gual, que ha comparecido en el Foro Nueva Economía para explicar los retos a los que enfrentan los bancos con claridad y concreción. El principal y más acuciante es el de los tipos de interés en negativo, que desafía el negocio de la banca y que, como han explicado dirigentes de otros bancos, obliga a repensar la manera en que obtienen rentabilidad.
Los tipos de interés llevan mucho tiempo en negativo, lo que en opinión de Gual supone una “gran anomalía”. De hecho, la paradoja es obvia para el dirigente de CaixaBank, que explica que estas circunstancias propician “el mundo al revés, en el que el deudor cobra intereses y el prestamista los paga”, ha razonado, en referencia a los costes que tiene para los bancos depositar dinero en las arcas del Banco Central Europeo.
En ese sentido, reconoce que la política monetaria ha contribuido a la recuperación de la economía, pero delata la ausencia de una autoridad homologable en lo que se refiere a la política fiscal. Gual también echa en falta reformas de calado. En todo caso, el presidente de CaixaBank cree que esta situación se ha dilatado “mucho más de lo necesario”, de modo que se hace preciso el diseño de una “estrategia de salida” para los tipos de interés en negativo, toda vez que “el margen de la política monetaria está agotado y puede tener más perjuicios que beneficios”.
En esa línea, en su faceta de teórico de la economía, afirma que el objetivo del 2% de inflación que se marca el BCE no debe alcanzarse a cualquier precio. No obstante, dada la situación actual y preguntado por el asunto que sobrevuela las apariciones públicas de los principales banqueros del país, Gual ha respondido con un escueto y contundente “no” a la posibilidad de que su banco cobre por los depósitos a los clientes minoristas, si bien es una política que otros bancos están llevando a cabo con clientes corporativos e institucionales.
Una de las formas que el BCE contempla para resolver los problemas del sector bancario pasan por las fusiones transfronterizas. Gual ha valorado esta preferencia del organismo comunitario como una opción poco probable. “Soy escéptico”, opina Gual, basándose en que aún no hay un marco legal que iguale las condiciones y las exigencias de los distintos mercados de la zona euro. En concreto, ha mencionado la necesidad de poner en marcha un seguro de garantía de depósitos que garantice a los clientes la seguridad en sus depósitos, además del establecimiento de un activo seguro común para la zona euro, y una mayor convergencia normativa.
En cualquier caso, el presidente de esta entidad ha tenido tiempo para apreciar que su sector, al igual que el resto del sistema económico y la sociedad, se encuentran ante un “momento de cambios profundos”. Por ello, cree que tanto las instituciones públicas como las empresas deben mostrarse comprometidas con la sociedad y con sus intereses.
En ese sentido, rechaza que las diferentes tensiones hayan tenido un impacto por sí mismas, sino que alude a la incertidumbre para explicar los indicios de desaceleración que se están produciendo. En el caso concreto de Cataluña, Gual ha hecho una llamada al diálogo para “solventar de manera pacífica las tensiones políticas y sociales”. Si bien los episodios de tensión no han tenido un impacto en los negocios, Gual cree que puede ser dañino “que se cronifique” la situación de inestabilidad.