La depresión y la ansiedad a nivel mundial cuestan a la economía cerca de un trillón de dólares cada año en pérdidas de productividad, según Forbes. Y esto no es todo. Si se pone el foco en España, las cifras no son alentadoras. Con unos niveles próximos al 60%, es el país europeo con más […]
NacionalDirigentes Digital
| 19 nov 2019
La depresión y la ansiedad a nivel mundial cuestan a la economía cerca de un trillón de dólares cada año en pérdidas de productividad, según Forbes. Y esto no es todo. Si se pone el foco en España, las cifras no son alentadoras. Con unos niveles próximos al 60%, es el país europeo con más estrés laboral, con casi diez puntos más que la media del continente. ¿Continuamos incrementando estos porcentajes o ponemos remedio a este problema?
Contar con la posibilidad de teletrabajar o tener un horario flexible son algunos beneficios que las empresas están incluyendo en sus organizaciones para mejorar las condiciones de los empleados hasta el punto de que la introducción de medidas como estas haya terminado desembocando en la necesidad de crear un “departamento de felicidad”.
Muy concienciado de la importancia del bienestar laboral está Alberto Martínez, Vicepresidente de RRHH de Schneider Electric. Destaca a DIRIGENTES que la principal razón es el “cambio en los hábitos de trabajo” que ha vivido desde que empezaron hace diez años con una política de teletrabajo. Pese a que cada vez más empresas lo incorporan, España se encuentra a la cola, ya que según un estudio de Infojobs solo 2 de cada 10 empleados pueden ejercer su actividad en modo de teletrabajo.
Bien es cierto que medidas como el teletrabajo son positivas, no obstante, “nos encontramos en un entorno cada vez más conectado, en el que la desconexión cuesta más y esto puede generar situaciones de estrés no deseadas”, añade. Es por ello que cada vez es más importante fomentar el bienestar mental, físico, social y laboral para que las personas que integran las plantillas puedan conciliar adecuadamente su vida personal con la laboral.
Para llevar a cabo esto, en Schneider Electric existen canales de comunicación por los que reciben inputs. Es decir, cuentan con una encuesta de compromiso y clima laboral y otra forma de comunicación es solventar los posibles problemas de bienestar en algún equipo haciendo focus groups. Cuentan con voluntarios que realizan clases abiertas para el resto de personas del centro como Yoga, Mindfulness, Zumba, grupos de running, grupos de lectura, etc…
Los beneficios de un departamento de felicidad quedan patentes. “Mayor concienciación por parte de todos los colaboradores”. Por supuesto, el incremento de productividad es evidente. “A nivel español, creo que las empresa cada vez son más conscientes de la importancia del bienestar de sus plantillas, aunque todavía quedan muchos retos por delante”, explica Alberto Martínez. Por ejemplo, en la gestión de los horarios considera que todavía existe algo de la cultura del presencialismo y apela a “movernos del control a la confianza” y si se compara España con otros países europeos (como los de la zona norte), percibe que aún queda mucho camino por recorrer para equipararse.
Pero, ¿qué ocurre para que en España se esté tardando en incorporar la figura de un responsable de felicidad? Se trata de un cambio cultural que se tiene que ir integrando poco a poco en todas las compañías, ya que en la transición de unos trabajos caracterizados por el presencialismo y centrados en resultados a corto plazo sin tener en cuenta el bienestar de las personas en los resultados de la compañía, “es innegable que un mayor bienestar de tus colaboradores se traduce en mejores resultados económicos para la empresa”.
Insiste en que los líderes de las empresas españolas que quieran incrementar el nivel de felicidad de sus empleados “van a necesitar ayuda de la administración y de otras empresas que ya han emprendido este cambio, de lo contrario solas les va a costar mucho”.
De cara a los próximos años, aquellas organizaciones que no contemplen esta “cultura de bienestar, sencillamente lo van a pasar muy mal” y añade que les costará más fidelizar el talento, atraerlo y serán menos competitivas y por supuesto, no cuidar a los empleados puede incurrir en problemas de reputación como empresa empleadora. Pero tampoco hay que obsesionarse y hay que empezar por proyectos pequeños y empaparse de lo que hacen otras compañías. El Vicepresidente de RRHH de Schneider Electric aconseja que empiecen por proyectos piloto, tal y como ellos hicieron, “para que puedan experimentar y den tiempo a la organización a adaptarse a estas nuevas prácticas y puedan ver los resultados siguen saliendo e incluso mejoran al introducir estas prácticas”.