Si hay un problema mayor que tener 3,2 millones de desempleados, puede que sea que las empresas no encuentren trabajadores cualificados entre tal magnitud de mano de obra. Es una de las preocupaciones habituales para el sector empresarial español, que observa cómo le cuesta encontrar talento. De hecho, según un informe de Randstad, el 55% […]
NacionalDirigentes Digital
| 13 feb 2020
Si hay un problema mayor que tener 3,2 millones de desempleados, puede que sea que las empresas no encuentren trabajadores cualificados entre tal magnitud de mano de obra.
Es una de las preocupaciones habituales para el sector empresarial español, que observa cómo le cuesta encontrar talento. De hecho, según un informe de Randstad, el 55% de las compañías españolas observan un desequilibrio entre el perfil de trabajador que buscan y el que encuentran. El Círculo de Empresarios recogía entre sus peticiones para el nuevo gobierno la necesidad de reformar la educación.
Entre otras cosas, tachaba el sistema educativo de ineficiente. Asimismo, aludía a la dualidad del mercado de trabajo y, sobre todo, al reto que supone la elevada tasa de desempleo juvenil, cercana al 32%, según datos de Eurostat. Con ese dato en la mano, no es extraño que la asociación empresarial relacione el desempleo de los jóvenes con el “elevado nivel de abandono escolar”.
Se trata de un reto para la producción de estas empresas, ya que les impide crecer, tal y como explicaba Cristina Valles, Country Manager España de Neoris, “quien limita el crecimiento es el talento”. El Círculo asegura que hay que considerar aspectos como la globalización y la transformación digital antes de realizar reformas, además de que estas circunstancias exigen que los perfiles profesionales y su formación se adapten a la demanda del mercado laboral.
En esa línea, Javi Pastor, director de Big Bang Conversion, constata que “la educación tradicional no cubre las necesidades actuales del mercado laboral”. He ahí una situación que frustra tanto a empresas como a trabajadores: “Los planes de estudio de las carreras universitarias y los masters siguen siendo los mismos que hace 10 años, algo que no beneficia en absoluto a los estudiantes”.
El experto en formación añade que los estudiantes “una vez consiguen el título e intentan acceder al mundo laboral se dan cuenta de que todo lo que han aprendido está obsoleto”.
Desde el punto de vista empresarial resulta esencial potenciar el conocimiento de idiomas y las competencias digitales. Estas dos prioridades deberían incluirse en un pacto educativo que cuente con el mayor número de apoyos posible, y que también debería incluir el impulso de la Formación Profesional Dual con una regulación común a nivel estatal.
Otra de las propuestas es fomentar la orientación educativa y profesional. Esto es, que tanto los centros, profesores, empresas y familias formen parte de la orientación formativa y profesional de los jóvenes, de modo que se adapte a las preferencias del estudiante, y al mismo tiempo a las perspectivas del mercado laboral.