La tasa de inflación interanual de la zona euro se ha situado en el 1% durante el mes de julio, tres décimas por debajo del registrado en el mes anterior y una décima menos de lo estimado. Se trata del aumento de precios más bajo desde noviembre de 2016, impulsado por una menor subida de los precios de la energía. En concreto, ésta ha experimentado un avance del 0,5% frente al 1,7% del mes de junio.

Los datos publicados este lunes por Eurostat se dan a conocer justo antes de la intervención del Banco Central Europeo (BCE), que ya adelantó meses atrás el lanzamiento del TLTRO III para el mes de septiembre.

Dicha tasa es la que utiliza el organismo encabezado por Mario Draghi para acometer bajadas de tipos de interés o compras de deuda. Uno de los principales objetivos del BCE pasa por conseguir mantener la inflación en niveles cercanos pero inferiores al 2%, por lo que con este dato, se desvía y abre la puerta a la puesta en marcha de posibles estímulos que reactiven la economía.

La inflación subyacente, que no tiene en cuenta aquellas variables sometidas a mayor volatilidad como los alimentos y la energía, se ha situado en el 1,1%, frente al 1,3% contabilizado en junio.

Entre los sectores que han presionado dicha tasa al alza destacan los alimentos no elaborados con una subida del 1,7% frente al ascenso del 0,7% de junio. Por su parte, los servicios subieron cuatro décimas menos con respecto al mes anterior, hasta el 1,2%.

Para el conjunto de la Unión Europea (UE) el índice se ha situado durante el séptimo mes del año en el 1,4% frente al 1,6% del mes anterior. En cualquier caso, tanto en la zona comunitaria como la del euro, la inflación se ha reducido de manera considerable con respecto a julio de 2018, cuando fue del 2,2%.