La economía española será la más perjudicada de los países desarrollados si se produce un rebrote del coronavirus tras el verano. Así lo reflejan los datos publicados hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Si bien la economía empieza a mostrar signos de recuperación tras el levantamiento progresivo de las […]
NacionalDirigentes Digital
| 10 jun 2020
La economía española será la más perjudicada de los países desarrollados si se produce un rebrote del coronavirus tras el verano. Así lo reflejan los datos publicados hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Si bien la economía empieza a mostrar signos de recuperación tras el levantamiento progresivo de las restricciones a la actividad, la inquietud provocada por la posibilidad de una segunda ola de infecciones pesa cada vez más y, más aún, teniendo en cuenta las bajas probabilidades de tener disponible una vacuna este año.
En este contexto de “incertidumbre sin precedentes“, el organismo ha plasmado dos escenarios: uno en el que el virus esté bajo control, y otro en el que se produce el temido rebrote. En el primer caso, prevén una caída de la actividad económica mundial del 6% en este 2020 y un aumento del desempleo del conjunto de los países de la OCDE de hasta el 9,2%. Mientras que si se produce la segunda oleada que requiera volver a bloquear la actividad, estiman un desplome de la producción económica global de un 7,6% y la tasa de paro se duplicaría al 10%, con poca recuperación del empleo para el próximo ejercicio. En ambos escenarios, la recuperación llevará mucho tiempo y la crisis dejará “cicatrices duraderas“, tales como la caída en el nivel de vida, un alto desempleo y una inversión débil.
Estas proyecciones apuntan a que España se encontraría ante un retroceso que oscilaría entre el 11,4% y el 14,1%, al igual que Francia. En tercer lugar en la lista se ubica Italia, donde se augura una caída similar de entre el 11,3% y el 14%. A estos países le sigue Reino Unido, con unos porcentajes situados entre el 11,5% y el 14%, dependiendo de si se produce un segundo brote de coronavirus o no. Otros como Alemania caerían entre un 6,6% y un 8,8%, mientras que, al otro lado del charco, Estados Unidos experimentaría un retroceso de su economía que giraría en torno a un 7,3% y un 8,5%.
En la presentación de las perspectivas, el economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, señaló que “se necesitarán políticas extraordinarias para caminar en la cuerda floja hacia la recuperación”, aunque advierte de que las redes de seguridad y apoyo que brindan a los sectores más damnificados tendrían que adaptarse para ayudar a las empresas y los trabajadores a trasladarse a nuevas actividades. “No se puede evitar una deuda pública más alta, pero el gasto financiado con deuda debe estar bien dirigido para apoyar a los más vulnerables y proporcionar la inversión necesaria para una transición hacia una economía más resistente y sostenible”, continuó Boone. A esto añadió que los gobiernos deben aprovechar esta oportunidad para construir una economía “más justa” y la “haciendo que la competencia y la regulación sean más inteligentes, modernizando los impuestos, el gasto público y la protección social”. En este sentido, para lograr prosperidad habla de la conjunción de dos ingredientes: el diálogo y la cooperación nacional y global.