El último trimestre del año sigue siendo un misterio. Mientras muchos prevén una recuperación “milagrosa” de las economías globales, la realidad es que el rebrote que presenciamos desde hace algunas semanas estaría poniendo en duda el rendimiento de mercados que son esenciales para el funcionamiento de las naciones. España, dependiente de sectores como el turismo […]
NacionalDirigentes Digital
| 05 oct 2020
El último trimestre del año sigue siendo un misterio. Mientras muchos prevén una recuperación “milagrosa” de las economías globales, la realidad es que el rebrote que presenciamos desde hace algunas semanas estaría poniendo en duda el rendimiento de mercados que son esenciales para el funcionamiento de las naciones.
España, dependiente de sectores como el turismo y el entretenimiento, no se escapa de esta situación.
Y es que el fantasma de la recesión ya estaría con firmeza sobre la población española, que actualmente se encuentra buscando maneras de sobrellevar la caída en los ingresos, el desempleo, y las deudas.
Por eso, el concepto de los préstamos acaparó la atención de buena parte de los ciudadanos en los últimos meses, pero, ¿cómo se encuentra este sector luego de un semestre de pandemia?
Cuando comenzó la pandemia fue posible ver un incremento considerable en las solicitudes de financiamiento por parte de los españoles que desconocían el futuro económico de la nación. Fue tal el número de solicitudes que tanto el gobierno nacional como entidades regionales tuvieron que desarrollar planes de ayuda financiera.
El tiempo y la saturación llevaron a que se solicitaran alternativas de financiamiento más accesibles y con condiciones menos limitadas con las que fuera posible obtener dinero de forma rápida sin depender de grandes entidades gubernamentales, como pudieron serlo los mini préstamos con ASNEF, los préstamos online, y los créditos “gratis”.
A pesar de la popularidad de esta forma de financiamiento durante la pandemia, la realidad es que la situación se habría vuelto más compleja con el tiempo. Buena parte de las entidades no solo ha incrementado el número de barreras para otorgar préstamos, sino también se ha visto una fluctuación importante en el número de solicitudes.
Un ejemplo de esto es el del mercado hipotecario que, en el mes de julio, presenció una caída anual del 23% y un incremento en el valor de las mismas (es decir, son “más caras”). Aunque las cifras venían en caída antes de la pandemia, los datos posteriores parecen prever una situación de inestabilidad económica mucho más prolongada.
Por otra parte, quienes solicitaron créditos gubernamentales cuando se instauró el estado de alarma en el país, tendrían que comenzar a realizar los pagos pertinentes en el mes de octubre. Ya que la presencia en del virus no solo no ha disminuido, sino que se ha potenciado en las últimas semanas, muchas personas aún ven difícil el pago de sus deudas.
De acuerdo a distintos reportes, las hipotecas, los créditos al consumo y el financiamiento para arreglos en el hogar o para el pago de vehículos estarían entre los más solicitados. Sin embargo, a medida que transcurre la pandemia y menos personas saben si tendrán suficiente dinero para el pago de estos préstamos, más cambian los patrones de solicitud de los españoles.
Aunque muchos puedan pensar en solicitar un préstamo de 5.000 euros, la realidad es que la mayor parte de la población buscará financiamiento que no se extienda demasiado en el tiempo, que cuente con intereses accesibles, y que haga referencia a cantidades de dinero mucho más fáciles de recaudar.
Mientras sectores como la construcción, los inmuebles y la restauración siguen pasando un momento complejo, la realidad es que la economía en general todavía estaría buscando maneras de sobrellevar la crisis.
Si bien es cierto que el financiamiento se posicionó como una alternativa ideal a inicios de la pandemia, esta situación cada vez más compleja estaría haciendo que buscar ayuda económica requiera de una planificación de mayor profundidad.