La ambición de los planes europeos para convertirse en un actor líder en la industria de semiconductores puede compararse a las inversiones que Intel quiere hacer en el continente. La compañía estadounidense ha hecho públicos sus planes, que prevén el desembolso de grandes cantidades de dinero en casi todos los principales países europeos. La cifra, […]
NacionalDirigentes Digital
| 15 mar 2022
La ambición de los planes europeos para convertirse en un actor líder en la industria de semiconductores puede compararse a las inversiones que Intel quiere hacer en el continente. La compañía estadounidense ha hecho públicos sus planes, que prevén el desembolso de grandes cantidades de dinero en casi todos los principales países europeos.
La cifra, a simple vista, ya impresiona. Intel habla de invertir 80 mil millones de euros en la Unión Europea durante la próxima década. Por ponerla en contexto, es algo más de lo que representan las ayudas directas que Bruselas proporcionará a España en los próximos años.
No obstante, aunque España forma parte de los planes de Intel, las milmillonarias inversiones apenas rozarán el centro de trabajo que tiene la compañía en Barcelona. Prácticamente todas las inversiones se detallan con claridad, a excepción de las que llegarán a España que, de hecho, se enumeran en último lugar.
Alemania centrará la mayor parte de la inversión, que se dividirán en una nueva megafábrica en Magdeburg, además de un nuevo centro de I+D y diseño en Francia. Así, también se prevén otras inversiones en Irlanda, Italia, Polonia y España.
En el caso del país germano, se dedicarán hasta 17.000 millones de euros para la construcción del centro, que la empresa estadounidense llamará ‘Silicon Junction’. Intel espera crear 7.000 puestos de trabajo para su construcción, además de 3.000 puestos permanentes en el propio centro y “decenas de miles” de empleos indirectos.
Mientras, en Leixlip, Irlanda, Intel prevé usar 12 mil millones para duplicar la capacidad de su fábrica. En el caso de Italia, la cantidad asciende a 4,5 millones, donde se crearán 1.500 empleos directos y otros 3.500 indirectos.
En el caso de Francia, en Saclay, se espera emplear a otras 1.000 personas durante la próxima década, de los que casi la mitad ya estarán disponibles a finales de 2024. Francia se convertirá en la sede central para computación, inteligencia artificial y diseño.
Por su parte, la ciudad de Gdansk en Polonia, verá cómo aumenta su espacio de laboratorio en un 50%. También se esperan otros impulsos económicos en Bélgica y Países Bajos, entre otros lugares de Alemania y Francia.
En cuanto a España, Intel se limita a decir que se ampliará la colaboración con el Barcelona Supercomputing Center, pero no hay ni rastro de cifras. La intención de la tecnológica es desarrollar la llamada computación de zettascale en la próxima década. Para ello, se plantea ampliar la colaboración con el centro de supercomputación y establecer nuevos laboratorios conjuntos.
La compañía estadounidense detalla que sus esfuerzos económicos iniciales rondarán los 33.000 millones de euros. Según esos cálculos, la mayor parte irá a parar a Alemania (17.000 millones), Irlanda (12.000 millones) e Italia (4.500 millones), por lo que España quedaría fuera de esas primeras inversiones.
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