Hasta finales de 2018, se contabilizaron en España un total de 238 startups dedicadas al mercado inmobiliario, según un informe de la consultora Savills Aguirre Newman. Ese hecho pone de relieve que la irrupción de herramientas digitales ha abierto nuevas posibilidades a las inmobiliarias españolas aunque, según ese informe, el número de inmobiliarias digitales o […]
NacionalDirigentes Digital
| 28 ago 2019
Hasta finales de 2018, se contabilizaron en España un total de 238 startups dedicadas al mercado inmobiliario, según un informe de la consultora Savills Aguirre Newman. Ese hecho pone de relieve que la irrupción de herramientas digitales ha abierto nuevas posibilidades a las inmobiliarias españolas aunque, según ese informe, el número de inmobiliarias digitales o proptech que se han creado en los últimos años ha ido decreciendo. Según ese análisis, “el mercado Proptech está dando muestras de consolidación”. Ese descenso en la creación de nuevas empresas tiene que ver con “el incremento de la competencia”. En medio de esa fiebre aparece Housfy, que desde 2017 opera en las principales ciudades de España.
Su localización no es casual. De hecho cuatro de cada diez proptech han nacido en Madrid, mientras que el 34% vieron la luz en Barcelona. El CEO de Housfy, Albert Bosch, cuenta a DIRIGENTES que su “modelo está enfocado a las ciudades más importantes de España”.
Desde esa visión, a nivel nacional la cuota no alcanza el 1%, pero si se consideran ciudades como Barcelona o Madrid, Bosch calcula que esa cuota se eleva al 5%. A pesar de que a día de hoy los datos no son notables, desde esta startup se muestran satisfechos con lo conseguido. “Ni en nuestras mejores previsiones estaba llegar donde hemos llegado”, explica este dirigente.
La realidad ha dado la razón a esta compañía pero no se libraron de las dudas del comienzo: “Una de las dudas que teníamos era si sería el momento adecuado para poner la idea en funcionamiento”. Los consumidores les han demostrado que sí, dice Bosch. “La sensación que tenemos es que el mercado lo necesitaba y lo quería”, aclara.
Más allá de la situación actual, se muestra optimista con respecto al futuro. “Poquito a poquito iremos cogiendo cuota de mercado sobre el total y calculo que en unos diez años las proptech pueden llegar a tener la mitad del mercado inmobiliario”, explica Bosch.
En ese contexto, las proptech se enfrentan, como el resto de inmobiliarias, a una ralentización de la venta de vivienda. Según los últimos datos del Consejo General del Notariado, el mes de marzo ha supuesto el fin de una racha positiva de 39 meses en los que la venta de viviendas no dejaba de crecer. En el tercer mes del año se redujeron las ventas un 2,4% en comparación con marzo de 2018, con 50.659 transacciones registradas.
Ante eso, Bosch considera que hay potencial para su sector, si bien dependerá de la capacidad de las proptech para pelear con las inmobiliarias tradicionales: “Aunque hubiera crisis tenemos espacio para crecer”. El dirigente de Housfy cree que la clave estará en la diferenciación, y de hecho se atreve a aventurar que “las inmobiliarias que quedarán serán aquellas que tengan un servicio especializado y diferenciado”.
Así, lo que aportan las proptech al mercado tiene que ver con la comodidad y, sobre todo, con el precio. “El cliente quiere vender su vivienda y que todo el dinero de su vivienda vaya a su bolsillo”, razona Bosch. “Lo que no acepta”, prosigue, “es que por una vivienda que es suya tenga que pagar una cuota de entre un 3% y un 5% que es lo que se lleva la inmobiliaria, que en una venta de una vivienda media corresponde en muchas ocasiones con su salario anual”.
EXPANSIÓN INTERNACIONAL
En cuanto a la inversión extranjera, España se sitúa como uno de los mercados más atractivos. Bosch cree que se debe a que “en España somos especialistas en el ladrillo”. En todo caso, cree que “es un mercado con muchas oportunidades” y valora con optimismo que los fondos de inversión estén interesados. Atendiendo a las cifras, las proptech españolas alcanzaron una inversión de 150 millones en rondas de financiación, en las que “cada vez cobra más relevancia el capital extranjero”.
Esta inversión es la que facilita a empresas como Housfy pensar en traspasar las fronteras españolas. En el caso de esta startup, los lugares a los que miran son Milán, Francia o Portugal. Pero según Bosch, uno de sus principales problemas es luchar con la burocracia. “Hay mucha, mucha, mucha burocracia para abrir una sucursal en el extranjero”, se queja.En Portugal las gestiones para instalarse ya superan los dos meses. En el caso de Italia, Bosch valora como “bueno” el resultado que ha conseguido Housfy hasta ahora.