El décimo aniversario del Anuario de la música en vivo, publicado por la Asociación de Promotores Musicales (APM), lo confirma: en 2018 España ha registrado un récord en cuanto a facturación con música en directo, 333,9 millones de euros, un crecimiento del 24,1% comparado con el año anterior. “Es una nueva tendencia internacional, no solamente […]
NacionalDirigentes Digital
| 16 ago 2019
El décimo aniversario del Anuario de la música en vivo, publicado por la Asociación de Promotores Musicales (APM), lo confirma: en 2018 España ha registrado un récord en cuanto a facturación con música en directo, 333,9 millones de euros, un crecimiento del 24,1% comparado con el año anterior. “Es una nueva tendencia internacional, no solamente en España”, dice Álvaro Rodríguez, co-fundador de Moose City Burger Foodtruck, uno de los muchos “ingredientes” indirectos de un buen festival de música en vivo.
Después de una crisis histórica en 2013, el sector está en auge otra vez. En el segundo trimestre de 2019 España se ha posicionado segunda solo por detrás de Reino Unido en el ranking de países que reciben más turismo de eventos, por primera vez por encima de EEUU. De esto también aprovechan actores como Moose City Burger Foodtruck que viajan de evento a evento con sus cocinas sobre ruedas, a veces hasta Portugal.
“Más que la música le atrae a la gente el ambiente que hay en estos festivales”, cree Manuel Villalta, compositor de banda sonoras. Él no ve una relación directa entre el hecho que venden menos Cds con el auge de festivales de música en directo: “Es simplemente un muy buen negocio para los promotores y gusta mucho a los jóvenes”.
Pero para que funcione este negocio complejo y muy expuesto a la opinión pública hay que cumplir con muchos factores: tener una seguridad puntera funcionando, una oferta gastronómica atractiva, un transporte moderno y eficiente que lleva los aficionados al recinto, y para los visitantes internacionales, un plan turístico combinado para que valga la pena venir de Francia o Inglaterra solamente para, como en el Festival de MadCool, ver por ejemplo a “The Cure”.
Parece que España no lo hace mal. Los extranjeros gastan una media de 430 euros cuando asisten a eventos en vivo, según el Anuario de la música en vivo. Aunque en general el camping es el alojamiento más habitual de los asistentes a festivales, en España está adquiriendo cada vez mayor importancia el hotel, sobre todo en grandes ciudades como Madrid. En las islas o zonas de costa es diferente.
UN SECTOR DE REFUGIO DE DINERO
Sin duda el sector de la música en vivo es un refugio para inversores, debido a su solidez y crecimiento sostenido. Pero el mercado de festivales se expande más rápidamente que la capacidad de las marcas para rentabilizarlo. Pocas agencias de publicidad como la madrileña Katapult lo preveían ya hace años y se han posicionado muy bien. Su fundador Marc Díaz Williams decía ya en una entrevista con guiadeltrabajo.com en 2016: “El sector de publicidad está muerto, vivan los eventos”.
La publicidad clásica ya tiene pocas vías de crecimiento. Katapult veía que serían las emociones en eventos las que vinculen una persona con una marca. “El sector cuenta con mucha inversión, pero poca información, por lo que se hacía necesario un mayor rigor y profesionalización de una actividad con un gran crecimiento”, dijo en la presentación Hugo Albornoz, director de Neolables, empresa responsable del informe sobre festivales y marcas. MadCool ha demostrado que ya está en camino. Esta edición ha sido impecable a nivel de seguridad y oferta de servicios.
StubHub, el sitio de compraventa de entradas, ha lanzado los resultados del primer Barómetro de eventos en vivo, que confirma que España ha ganado terreno como uno de los destinos más populares para los fans internacionales que quieren disfrutar de eventos musicales y deportivos. Según comenta Andrés San José Gutiérrez, Country Manager Spain de StubHub, los aficionados están cada vez más preparados para viajar largas distancias para disfrutar de sus músicos favoritos: “De hecho, las transacciones de extranjeros que compran entradas para eventos que se celebran en España en nuestra plataforma se han incrementado en un 52% entre 2016 y 2018, generando un impacto económico cada vez más importante sobre el territorio”.
Se revela además que tan solo un 21% del total de eventos está representado por artistas nacionales, en comparación con el 79% de artistas internacionales. La mayoría de los turistas de festivales llegan desde el Reino Unido (43%).
LOS RETOS PENDIENTES DE UN SECTOR EN AUGE
Pero la gran asignatura pendiente de la cultura en España es la transparencia. Cualquier aficionado del fútbol sabe lo que cobran sus ídolos, el presupuesto anual de su club favorito, pero cada vez que se hace público un caché de un cantante, una subvención o el método de funcionar de una empresa cultural, suele haber dramas. Pero hay más cosas que necesitan mejora. Este año el MadCool ha hecho un esfuerzo tremendo para poder garantizar una perfecta organización con el objetivo de atraer los más visitantes posibles. Al final ha venido menos público que el año pasado, pero la satisfacción de la gente era mucho más grande, justamente porque no había tantas colas y problemas de seguridad.
Después de muchas quejas los años anteriores, esta vez todo el mundo se ha quedado contento con el evento en Valdebebas. Pero la calidad tiene su precio, así la entrada a los macro-eventos como el MadCool será cada vez más cara, esto también cuenta para los que quieren vender dentro de este recinto de élite.
El gran problema del sector es su concentración, ya que el 46,4% de las citas de festivales corresponden a Madrid, Barcelona y lugares diferentes en Andalucía, mientras en Galicia, Asturias o Extremadura hay mucha menos oferta, pero justamente a estas regiones les vendría muy bien un auge turístico. Además, hay quejas ya de varios lados, como que el trabajador en los festivales cobra muy poco. Un auxiliar de control accesos cobra 3,5 euros la hora entre semana y un euro más los fines de semana. Los turnos son muchas veces de 12 horas. También hay quejas en la gastronomía.
En el Mad Cool por ejemplo una cerveza cuesta 5 euros. Pero es cierto que la cadena de gastos que hay detrás es importante, porque cada negocio que vende en el recinto tiene que pagar normalmente varios miles de euros para para estar ahí unos días, o un porcentaje de la facturación (el Mad Cool se queda con el 40% del bruto facturado). Además, algunos como Moose City Burger Foodtruck viajan con sus camiones, su comida y su personal por toda España, lo que tiene un coste logístico añadido importante. Lo bueno de estos eventos comparados con otros: la gente ya ha comprado una entrada, irán haga el tiempo que haga. De esta manera, sobre todo, en el mundo de gastronomía, los ingresos en este tipo de eventos son más o menos estables.