El golpe de la crisis del coronavirus continúa lastrando el empleo. El número de parados registrados en mayo es de 3.857.776, el dato más alto desde ese mismo mes de 2016, según las cifras del Ministerio de Trabajo. En las diferentes fases de la desescalada hacia la nueva normalidad es fundamental recuperar la economía productiva […]
NacionalDirigentes Digital
| 02 jun 2020
El golpe de la crisis del coronavirus continúa lastrando el empleo. El número de parados registrados en mayo es de 3.857.776, el dato más alto desde ese mismo mes de 2016, según las cifras del Ministerio de Trabajo. En las diferentes fases de la desescalada hacia la nueva normalidad es fundamental recuperar la economía productiva progresivamente. Para favorecer la reactivación de las compañías, unos de los elementos clave serán la flexibilidad y las medidas de mantenimiento y de impulso de la actividad, en detrimento de otras que solo aportan rigidez. Para hacer un análisis de la situación actual, DIRIGENTES entrevista al director de Adecco Group Institute, Javier Blasco.
El paro prosigue su tendencia ascendente en mayo. No obstante, el volumen en la cantidad de parados es inferior a los registrados en los meses de marzo y abril. ¿Está marcando esto el inicio hacia una recuperación del empleo? ¿En junio se consolidará esta tendencia a la baja?
En junio tenemos una incógnita que tiene que ver con el fin del periodo de los ERTEs que, en principio, está marcada para el día 30 de junio. En este último mes, ya hemos podido saber que 400.000 personas han salido de estos expedientes, de esos casi 3,5 millones que estaban en esta situación. Otra cosa es que cuando llegue final de mes haya personas que, no solo no sigan en ERTE, sino que, incluso, puedan pasar a una extinción contractual.
Tiene pinta de que, a medida que avance la desecalada, sobre todo los sectores más castigados que tienen que ver con el comercio, la hostelería, el turismo, la industria o la construcción, vuelvan a ser los que como siempre tirarán de nuestra economía.
Durante el año 2020 nos vamos a mover en escenarios de desempleo en torno al 19%-20% y en 2021 no bajaremos del 17%, pero sí parece que las cifras que acabamos de conocer del paro de mayo, que se ha incrementado solo 0,7%, en comparación con el 8% del mes de abril, no cabe duda de que son buenas noticias, desde el punto de vista de la afiliación y de paro.
Esto es el indicador de que esta crisis que no es financiera, no es tan estructural como que no haya liquidez, es una recesión vinculada a un confinamiento y un parón de la actividad y, en el momento en que la pandemia nos permita desescalar 100%, los sectores retomarán.
¿Qué pasará con los ERTEs más allá del 30 de junio? ¿Cuál sería la mejor manera de abordar este tema de manera correcta para que afecte lo menos posible a empresarios y trabajadores aportando la flexibilidad que demandan?
Veo un efecto compensación. Un número de personas, sobre todo en pymes, que tengan una afectación, es decir, que sus ERTEs puedan acabar convirtiéndose en EREs o en despidos objetivos. Eso se va a compensar con el relanzamiento y la potenciación de estos sectores vinculados a servicio, comercio u ocio que irán ayudando. Nuestras previsiones para el mes de junio se mueven todavía en una pequeña bajada de afiliación. Nos quedaremos en los 18.705.000 personas que, en definitiva, va a suponer un incremento de casi 200.000 personas.
Sin duda, va a haber empresas o personas que no van a poder reabrir más allá del 30 de junio. Ojalá, las medidas que se implementen por parte del Gobierno permitan a ciertos sectores prolongar los ERTEs. Eso sería una muy buena noticia. Habría que identificar aquellos colectivos de empresas en función del tamaño y del sector para, de alguna manera, como una discriminación positiva, que puedan mantenerlos hasta más allá del verano o finales de año para que no desaparezcan. Por otro lado, habrá sectores que retomarán la actividad y se creará empleo.
Las medidas que nosotros demandamos tienen que ver con priorizar todo en el mantenimiento y la recuperación de la actividad productiva. Superado el problema principal sanitario, ahora la clave está en relanzar la actividad productiva cuanto antes, mantenerla y potenciarla y salvarla, porque de ella depende la inversión y el empleo y, por tanto, el consumo y las cotizaciones. Si queremos mantener este ritmo de prestaciones por desempleo, por cese de actividad, el Ingreso Mínimo Vital, eso solo se puede pagar con cotizaciones y con impuestos vía consumo, vía renta. Lo que no se pueden gravar a través de cotizationes o impuestos al que no tiene ingresos. Hay que ir hacia mecanismos de flexibilización, de políticas activas, de minimizar impuestos y cotizaciones.Y también es muy importante recualificar a las personas (cursos de reciclaje, bootcamps, mocs) y ahí el Estado tiene que promover y financiar la formación para el empleo porque muchas personas se van a tener que reinventar.
¿En qué situación quedará el diálogo social por avanzar hacia unas mejores condiciones después el plantón de los agentes sociales tras pactar cambios en la reforma laboral, aunque posteriormente se rectificase?
Hay puntos del diálogo social donde creo que habrá acuerdo seguro. Todo lo que sea mantenimiento de ERTEs en aquellos sectores o tipos de empresas que van a necesitar esta ayuda extraordinaria, sindicatos como el propio Gobierno van a estar de acuerdo. Y, sobre todo, cuando hay dinero de la Unión Europea, que se tiene que focalizar en estos esfuerzos. Y hay otra parte en la que hay desencuentros, pero parece que la mesa de diálogo no se ha roto definitivamente. Creo que en nuestro país, tanto en la crisis como en los crecimientos, las grandes medidas que se han tomado en beneficio de todos, han ido siempre de la mano de acuerdos entre sindicatos y patronal.
Hay cuestiones que tendrán que esperar y ahora hay que trabajar en clave de flexibilidad, de igualdad o de teletrabajo. Cuestionar ahora la flexibilidad interna, incluyendo los ERTEs, que se ha demostrado que han sido mecanismos muy eficaces que han salvado puestos de trabajo, hablar ahora de una rigidez en la negociación colectiva iría en contra de eso. Eso sería muy negativo para las empresas y, sobre todo, tenemos que pensar en los potenciales inversores. Ahora que está en cuestión, especialmente la industria manufacturera y automoción. Ahora más que nunca tenemos que crear un entorno tanto económico- productivo como de empleo muy atractivo. La flexibilidad es la que nos permite la competitividad y la competitividad es la única que nos va a permitir la creación de empleo.
Los empresarios solicitan que los ERTES puedan extenderse en algunos casos o sectores hasta finales de año. ¿Hasta cuándo medidas como esta serán sostenibles para las cuentas del Estado si a eso se le añade el Ingreso Mínimo Vital o la ayuda a las empleadas de hogar?
Ese diálogo social tiene que ir más allá. Por eso, el que se hayan adoptado medidas como, por ejemplo, la renta, sin contar con los agentes sociales, no parece lo más acertado. Tenemos que abordar unos meses y unos años en los que es insostenible tener un déficit y una deuda pública como la que tenemos. Muchos países como Alemania, Francia, Italia o Reino Unido han tenido unas cuentas más “saneadas” que las nuestras.
No podemos salir de una crisis solo recibiendo dinero de la UE. Por una parte, pueden ser transferencias un poco más fáciles, pero otras van a ir con un compromiso de retorno y unos intereses y no nos podemos permitir que todo lo que ingresemos sea para pagar deudas. Más pronto que tarde debería haber un gran pacto entre los agentes sociales y el Gobierno y marcar una hoja de ruta a futuro porque es la única manera de estar prevenido para un rebrote o para cualquier situación coyuntural.
El Grupo Adecco ha impulsado la iniciativa ‘Movilización por el empleo’ como respuesta a la preocupación conjunta por las consecuencias que puedan tener las medidas adoptadas por la pandemia en el mantenimiento de los puestos de trabajo a la que la CEOE se ha adherido. ¿Cómo funciona?
En general, la sociedad, las empresas y las patronales hemos intentado arrimar el hombro y poner nuestro granito de arena. Empezamos a trabajar con patronales del sector logístico, como la del sector de automoción, para ayudarles en esos mecanismos de políticas activas y de empleabilidad y reciclaje. Para saber de qué manera podíamos ser correa de transmisión y ayudar a la recolocación de las personas. Eso fue una primera iniciativa. Luego, lo complementamos con una serie de medidas a través de nuestras filiales en diversos sectores. Una parte tiene que ver con la empleabilidad, acuerdos con patronales y con empresas. En segundo lugar, trabajando con los colectivos desfavorecidos a través de la Fundación Adecco y que las personas pudiesen aprovechar el parón para reciclarse. También queremos ayudar a la administración a hacer un match mucho mejor de la oferta de trabajo con la oferta formativa, tanto de entidades públicas como privadas. Así las personas pueden hacer un reseteo, relanzarse y reorientar su carrera profesional, ayudándoles también en la parte más emocional y psicológica.