No es frecuente que los organismos públicos reconozcan errores o se enmienden a sí mismos, sobre todo si se trata de cifras económicas. Lo es mucho más que, en función del día, del asunto de actualidad o del humor político, organismos de uno u otro signo usen esas cifras para defender una hipótesis o la […]
NacionalDirigentes Digital
| 24 sep 2021
No es frecuente que los organismos públicos reconozcan errores o se enmienden a sí mismos, sobre todo si se trata de cifras económicas. Lo es mucho más que, en función del día, del asunto de actualidad o del humor político, organismos de uno u otro signo usen esas cifras para defender una hipótesis o la contraria.
Durante la semana pasada se publicaron diversas proyecciones económicas que apuntaban el crecimiento de la economía española. Comenzando con las de fuera de España, la OCDE elevó sus previsiones desde el 5,9% hasta el 6,8% para el conjunto del año.
En la misma línea, el Banco de España mejoró su proyección para este año. Estima que el aumento del consumo contribuirá a que el PIB mejore un 6,3% con respecto al de 2020. De ese modo, revisa al alza sus previsiones en una décima. De hecho, cree que el tercer trimestre será mejor que el segundo y la economía crecerá un 2,7%.
Por su parte, el Gobierno mantuvo sus previsiones: 6,5%. Hay que tener en cuenta que los números del Ejecutivo determinarán los Presupuestos Generales del Estado del año que viene. Esto es, en función de esas cifras, el proyecto, los gastos y los ingresos serán diferentes.
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, llegó a decir que la actividad diaria estaría ya recuperada a finales de este año. No obstante, habrá que esperar a mediados de 2022 para que los datos sean equivalentes a los de 2019.
Todas estas proyecciones han sido formuladas esta semana, por lo que la revisión del Instituto Nacional de Estadística (INE), una de las principales referencias, ha pillado por sorpresa a propios y extraños. El jueves, el INE revisó su estimación de crecimiento para el segundo trimestre desde el 2,8% hasta el 1,1%.
Tampoco es habitual que se produzca una revisión de este calibre, más que nada porque el INE no realiza proyecciones a futuro, sino estudios de los datos que ya existen. En ese sentido, el avance que publicó a finales de julio se basaba en datos consolidados aunque incompletos, de ahí la revisión.
Cabe remarcar que los cálculos estadísticos en estas circunstancias son complejos. Departamentos de análisis de todo tipo de instituciones lo han repetido continuamente: los datos están sometidos a numerosas incertidumbres, por lo que la modificación en alguna de las variables puede significar un cambio considerable.
Desde el INE se añade que “se ha de tener presente la dificultad inherente a la medición de la coyuntura a la que nos venimos enfrentando desde el primer trimestre de 2020”. “Es un período de grandes y rápidos cambios en la evolución a corto plazo de la actividad económica que, tanto por su origen como por su magnitud, suponen un desafío estadístico sin precedentes”, señala Estadística.
Por su parte, el Ministerio de Economía dice que “el alcance de estas revisiones tiene carácter extraordinario y hay que enmarcarlas en la dificultad de realizar previsiones en un entorno económico nacional e internacional marcado por una gran volatilidad y por una caída de la actividad sin precedentes en 2020”.
La propia organización estadística se esfuerza en su nota de prensa por excusarse ante esta desviación, que puede significar que todas las proyecciones hechas hasta ahora deban rehacerse. Y lo que es más delicado, que los planes realizados con arreglo a esos datos queden sin sentido ante una realidad distinta a la que se planteaba.
El INE da las siguientes explicaciones: “La mayoría de los indicadores sobre la evolución del trimestre ofrecían resultados hasta el segundo mes (mayo)”. Ello implica que los datos usados en el avance estaban incompletos. Además, se incorporaron fuentes adicionales, como ventas interiores de grandes empresas y pymes.
Por eso, Estadística aclara que los resultados publicados el pasado jueves “sí incorporan todos los indicadores estadísticos que marcan la evolución económica del segundo trimestre”. En particular, se hace mención de las ventas de grandes empresas y pymes como factor determinante en el cálculo de estas estimaciones. “Las revisiones han afectado principalmente (…) a las estimaciones del valor añadido de varias actividades de servicios (…) y al gasto en consumo final de los hogares”, indica el INE.
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