El primer paciente afectado por la variante Ómnicron apareció en nuestro país a principios de diciembre y Sanidad no hizo esperar su alerta sobre toda la población de lo contagiosa y rápida que era la propagación de esta nueva cepa. El virus no tardó demasiado en dar fe de sus efectos y consecuencias y, justo […]
NacionalDirigentes Digital
| 30 dic 2021
El primer paciente afectado por la variante Ómnicron apareció en nuestro país a principios de diciembre y Sanidad no hizo esperar su alerta sobre toda la población de lo contagiosa y rápida que era la propagación de esta nueva cepa. El virus no tardó demasiado en dar fe de sus efectos y consecuencias y, justo al comienzo de las fiestas navideñas de este 2021, los datos ya hablaban de cifras históricas desde que empezara la pandemia.
Ante el nuevo pico de contagiados, medio millón de personas según últimos apuntes del Ministerio de Sanidad, España se enfrenta a otra nueva crisis que se suma a la sanitaria: la económica. En su comparecencia, el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afirmaba que esta consensuada medida pretende equilibrar la salud pública, mental y también económica.
La reunión celebrada el pasado miércoles 29 de diciembre por la Comisión de Salud Pública ha acordado que las personas contagiadas por Covid estén aisladas siete días en vez de diez a partir del 30 de diciembre, omitiendo también el paso de volver a repetir la prueba de antígenos o PCR antes de regresar a la normalidad.
Ómnicron, aunque alarmantemente contagiosa, resulta ser una de las variantes Covid que menos afecta a la salud, provocando efectos leves o incluso nulos, especialmente para personas con una pauta vacunal completa (o en su mayor medida). De ahí a que esta medida de disminuir los días de aislamiento social haya sido tomada sin la petición de la Ponencia de Alertas. Los expertos pedían al menos una semana más de tiempo para poder analizar la transmisión de la nueva variante, sin embargo, la Comisión de Salud Pública ha adelantado su decisión ante la petición de varias comunidades autónomas a reducir los días.
Estados Unidos o Reino Unido ya han interpuesto este tipo de medida, rebajando así los días de confinamiento. La realidad Covid encabeza la toma de decisiones y en este caso, optar por la convivencia con un virus cada vez más débil es apostar por la economía española. “Empieza a perder sentido mantener un aislamiento tan largo acordado para variantes anteriores y que tiene un enorme coste económico” como recalcaba un experto sanitario.
Más allá de la crisis económica a la que muchas empresas españolas no han podido hacer frente, prima la salud. Colapsar los servicios primarios de salud es un error, especialmente cuando aportan la certeza necesaria de que la vacunación y las medidas tomadas por la población están dando resultado.
El panorama epidemiológico está evolucionando y se debe hacer eco de ello, aunque ello conlleve esclarecer dudas de esta sexta ola. Seguir presionando a la sociedad, también económicamente, es abocar a la economía a otra catástrofe, aun sin haberse recuperado plenamente desde que comenzara la crisis sanitaria en marzo del pasado año.