El golpe definitivo de la inversión ASG: más rentabilidad con igual volatilidad

La inversión socialmente responsable es, quizá la tendencia del momento. Pero, ni es algo nuevo, ni tampoco es una moda. Desde 1960 se comenzó a dibujar lo que ahora es algo fundamental. En los años 80 se creó el primer fondo de inversión socialmente responsable y a partir de 2009 el flujo de noticias sobre estas inversiones se disparó. Aunque quizá, el punto de inflexión fue la conferencia de París del año 2015. A pesar de su trayectoria, para muchos inversores este tipo de inversión es una desconocida – aunque cada vez menos –.

Uno de los mitos que más daño han hecho a la ISR ha sido el hecho de pensar que es una dicotomía entre elegir invertir en valor o invertir en valores. Es decir, se pensaba y se sigue pensando que invertir con estos criterios supone rechazar la rentabilidad. Pero, los datos demuestran que es un mito”, señala André Themudo, responsable de distribución de BlackRock para España.

Ciertamente, hablar de la inversión con criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno da para mucho. Pero lo que se preguntan los inversores es si se trata de algo rentable. Pues la respuesta es que sí. La rentabilidad anualizada entre los años 2012 y 2018 en Estados Unidos de los activos ESG o de la inversión que ha seguido estas pautas es del 14,5%, frente al 14,4% de los activos tradicionales. En el resto del mundo, excluyendo a los Estados Unidos, la rentabilidad de la ISR alcanzó un 8,1% frente al 7,7% tradicional. En los mercados emergentes se encuentra la misma respuesta: una rentabilidad del 5,7% en favor de los criterios ASG, frente al 4,3%.

“La siguiente pregunta que se hacen los inversores es ¿a qué precio?, ¿cuánta volatilidad he de soportar”, afirma Themudo. Con los datos en la mano se observa que la volatilidad fue exactamente la misma en las tres regiones mencionadas, salvo en Estados Unidos, donde fue del 9,8% frente al 9,7%. “Con estos datos el mito de que la ISR no es rentable y obliga a elegir entre valor y valores queda desmontado”, sentencia el responsable de distribución de BlackRock para España.

No solo lo asegura BlackRock

Amundi, otra de las gestoras de gran importancia a nivel mundial, marca la misma línea que BlackRock. En un estudio publicado, en el que se recopilaron datos propios desde 2010 y 2017 para observar el comportamiento en 1.700 compañías correspondientes a los índices MSCI: MSCI North America, MSCI EMU, MSCI Europa-ex EMU, MSCI Japan y MSCI World, se observan conclusiones similares.

Amundi asegura que los criterios ESG tuvieron poco impacto en el riesgo de la cartera – que mide la volatilidad y el drawdown – pero, sí influyeron en la rentabilidad. En general, la inversión ESG tendió a penalizar a los inversores ESG activos y pasivos entre 2010 y 2013. En contraste, la inversión ESG fue una fuente de rentabilidad superior entre 2014 y 2017 en Europa y Norteamérica. “Por ejemplo, comprando las acciones “best in class” (20% mejor clasificadas) y vendiendo las acciones “worst in class” (20% peor clasificadas) habría generado una rentablidad anualizada del 3,3% en Norteamerica y del 6,6% en la Eurzona en el periodo 2014-2017; siendo estas cifras -2,70% y -1,20% respectivamente entre 2010 y 2013.”, explican en Amundi.

2019-04-23 16:16:52

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *