Los planes de Repsol para avanzar hacia la descarbonización total de su actividad han dado un paso de gigante coincidiendo con la celebración en Madrid de la Cumbre del Clima. La petrolera española se ha convertido en la primera de su sector en fijarse esa ambiciosa meta y, como consecuencia de este nuevo escenario, ha anunciado que ajustará el valor contable de algunos activos, con un impacto estimado de unos 4.800 millones de euros después de impuestos. Este ajuste, según señala la compañía, “minorará los resultados específicos de 2019, pero no tendrá efecto en la generación de caja ni afectará a la anunciada propuesta de aumento de retribución a los accionistas”. ¿Qué implica este giro más drástico de lo que se planteaba en un principio para la compañía y para la acción?
Reto común del sector
“Creemos que el momento para Repsol es ahora”, asegura su consejero delegado, Josu Jon Imaz, quien señala que “solo abordando con claridad estratégica los grandes retos que tenemos ante nosotros podremos convertirlos en oportunidades”. En efecto, según señala Pablo García, director de Divacons-Alphavalue, “en los últimos trimestres, el sector ha sido arrinconado por preguntas sobre las emisiones de carbono” (…). “Centrarse en el gas fue considerado como una buena estrategia, pero ya no lo es”, subraya. Además, considera que “pagar más (mayores pay-out) puede ser una estrategia para hacer que los accionistas salgan corriendo, porque el sector está obligado a invertir en “verde” a precios máximos”.
Desde Renta 4 sus analistas no esperan ningún impacto en valoración, al tratarse de un ajuste contable lo anunciado por la petrolera pero sí valoran este nuevo enfoque. Eso pese a que esperan escudriñar los detalles en la actualización de estrategia que va a llevar a cabo la compañía en el primer semestre de 2020. De momento, reiteran su recomendación de comprar acciones de la compañía, con un precio objetivo que estiman en 19 euros por acción y creen que lo anunciado “le permitirá un creciente reconocimiento entre los inversores socialmente responsables (ESG), que suponen un 15% del total del capital social y un 30% del total del accionariado institucional, así como haber sido calificada por Standard & Poor’s s como una de las compañías de su sector con una estrategia de sostenibilidad más avanzada”.
Una opinión que comparte Miguel Momobela, analista de XTB. “Su anuncio es una llamada a la atención del inversor de largo plazo. Los inversores tradicionales de renta variable española confían mucho en valores como Repsol”. Momobela recuerda que existe un gran impulso en la inversión con arreglo a factores ISR y ahora “Repsol, que de otra forma tendría mucho que perder en este terreno, ha apostado por ello porque sabe que así conservará a su inversor tradicional y que puede atraer a inversores más enfocados a energías más sostenibles”. Eso sí, señala que la meta que se ha propuesto en descarbonización le va a llevar mucho tiempo y una reestructuración de su modelo de negocio hacia un área más desconocida para la compañía.
De momento, según Momobela, hay que fijarse en la expansión de negocios que está poniendo en marcha, como la comercialización de gas propano a granel en el suroeste de Francia, la alianza con Gazprom en Rusia, etc que “son las cosas que van a afectar a su partida de resultados porque serán las que en el medio y largo plazo le van a aportar saldo positivo a la balanza”.
2019-12-03 11:16:02