Las dificultades que se encuentra una mujer a la hora de emprender varían en función de la región del mundo en la que lo lleve a cabo. En el caso de España todo apunta a que está haciendo los deberes, después de ser incluida por primera vez en el Top10 de los mejores países para que ellas puedan lanzar un proyecto por cuenta propia, tras haber subido cuatro puestos en el último año. 

La cuarta edición del informe Mastercard de Mujeres Emprendedoras (Mastercard Index of Women Entrepreneurs), recoge la “tendencia” positiva en este país, al tiempo que recuerda los retos y dificultades que estas tienen que atravesar a la hora de emprender. Entre ellos, la brecha de género en el ámbito digital, más presión en la conciliación familiar, además de una mayor presencia femenina en aquellas industrias más afectadas por la recesión económica, que les deja en una posición más débil.  

“Una crisis siempre desvela las vulnerabilidades que hay en el sistema y la COVID-19 lo ha hecho a lo grande. Ha puesto en evidencia la gran disparidad a la que se enfrentan las mujeres en los negocios. Pero, a diferencia de cualquier otra recesión económica, también ha allanado el camino para un progreso considerable y hemos visto lo que somos capaces de lograr cuando se nos da prioridad”, ha comentado la vicepresidenta ejecutiva de Productos de Consumo Global e Inclusión Financiera de Mastercard, Sue Kelsey.  

Por delante de él figuran Israel, por su significativo avance en el fortalecimiento y respaldo del desarrollo de pymes a través de apoyo institucional con el objetivo de duplicar el número de emprendedoras; EE.UU., Suiza, Nueva Zelanda, Polonia, Reino Unido, Canadá, Suecia y Australia. 

La posición de España es todavía más favorable al analizar la cantidad de mujeres propietarias de negocios, con casi un tercio (31%) del total, cantidad que le sitúa en el noveno puesto, por delante, incluso, de países como Suiza (25%), Dinamarca (23%) o Suecia (20%). Esto supone un avance de dos puestos con respecto a 2019, cuando ocupaba el undécimo lugar, mejora a la que se une la tasa de actividad empresarial femenina, que alcanza el 95,5% y reduce la brecha de género al mínimo. Por este orden, la clasificación está encabezada por Uganda, Botsuana, Ghana, EE.UU., Nueva Zelanda, Rusia, Malawi, Portugal, España y Australia.  

En este escenario, una de las principales conclusiones que extraen desde Mastercard es el empoderamiento femenino tras la pandemia, que ha traído inspiración en un momento en el que las barreras culturales y el miedo al fracaso todavía impiden en algunos casos animarse a emprender y montar sus propios negocios. “La crisis ha destacado la capacidad de las mujeres para liderar en circunstancias extraordinarias, a través del ejemplo de referentes mundiales como la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, la canciller de Alemania, Angela Merkel o la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin”, subrayan en el informe. Por este motivo, consideran “fundamental” aprovechar este impulso para defender iniciativas enfocadas en género que permitan promover su potencial y reducir así los 172 billones de dólares perdidos a nivel mundial a causa de la brecha de ingresos entre hombres y mujeres.