Ana Botín, presidenta ejecutiva de Grupo Santander y primera mujer distinguida con el Premio Enrique V. Iglesias al Desarrollo Empresarial Iberoamericano, ha recibido hoy de manos del Rey Felipe VI el galardón, que reconoce su contribución al desarrollo económico y social de Iberoamérica y al fortalecimiento de los lazos entre los países que la forman. […]
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| 08 sep 2021
Ana Botín, presidenta ejecutiva de Grupo Santander y primera mujer distinguida con el Premio Enrique V. Iglesias al Desarrollo Empresarial Iberoamericano, ha recibido hoy de manos del Rey Felipe VI el galardón, que reconoce su contribución al desarrollo económico y social de Iberoamérica y al fortalecimiento de los lazos entre los países que la forman. Botín fue elegida por decisión unánime del jurado ganadora de la VII edición de un premio que promueve el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI) en colaboración con importantes personalidades institucionales, económicas y empresariales de la región.
El acto de entrega del Premio Enrique V. Iglesias ha tenido lugar en el Palacio de La Zarzuela, en una ceremonia restringida en la que han estado presentes altos representantes institucionales y empresariales, entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares; la secretaría de Estado de Comercio, Xiana Méndez; la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan; el presidente de Cámara de España, Josep Lluís Bonet i Ferrer; el presidente de CEOE, Antonio Garamendi; el presidente de Vocento, Ignacio Ybarra; el presidente de CEN, Juan Miguel Sucunza; y el presidente de honor de El País, Juan Luis Cebrián. También estuvieron presentes el secretario general de la OIJ, Max Trejo, y la presidenta y el presidente de honor de CEAPI, Núria Vilanova y Enrique V. Iglesias. Por parte del banco asistieron el ex vicepresidente de la entidad Rodrigo Echenique; el presidente no ejecutivo de Santander España, Luis Isasi, y el vicepresidente de Santander España y director general de la División de Comunicación, Marketing Corporativo y Estudios del grupo, Juan Manuel Cendoya Méndez de Vigo.
El Premio Enrique V. Iglesias reconoce desde 2014 a figuras empresariales de la Comunidad Iberoamericana que destacan por su aportación relevante y extraordinaria al desarrollo de los países iberoamericanos y al fomento de los vínculos entre los países de la Comunidad mediante la actividad económica, las inversiones y la promoción del comercio, así como a la forja de una región más inclusiva y sostenible. El galardón es, asimismo, un reconocimiento a la figura de Enrique V, Iglesias, presidente de honor de CEAPI, y luchador incansable de la causa iberoamericana durante su dilatada trayectoria como presidente del BID primero y más tarde como primer secretario general iberoamericano.
El empresario mexicano Valentín Diez Morodo fue el primero en recibir esta distinción, seguido por personajes como el banquero, constructor y filántropo, Luis Carlos Sarmiento; el empresario peruano José Graña; el fundador del grupo VIPS, Plácido Arango; el presidente de Pan-America Energy Group, Alejandro Bulgheroni y el expresidente de CAF, Enrique García; y el presidente de Copa Holdings, Stanley Motta.
“Esta nueva edición del Premio Enrique V. Iglesias simboliza, más que nunca, la unidad y el compromiso que han demostrado los empresarios iberoamericanos para ayudar a reconstruir la región tras el terrible impacto económico y social del Covid. Y nos ofrece la oportunidad de reconocer, en la figura de una destacada representante del sector privado, ese esfuerzo por forjar una nueva Iberoamérica más sostenible y justa”, ha señalado la presidenta de CEAPI, Núria Vilanova.
“Ana Botín ejemplifica los valores de este premio y del CEAPI. Creer y crear, creer en la región y desarrollar el Banco Santander creando nuevas oportunidades desde el mundo empresarial. Su espíritu de transformación liderando el Banco Santander y a su equipo hacia la digitalización e innovación, sostenibilidad y compromiso con el medioambiente, con los jóvenes y la sociedad para contribuir a un mundo mejor. Así como su liderazgo con su defensa de un nuevo contrato social”, en opinión de Vilanova. Botín ha impulsado en la Fundación Banco Santander una firme vocación cultural, humanística y científica, además de una labor muy especial en el campo de la sostenibilidad y la recuperación del patrimonio natural, con programas que ayudan a sensibilizar al ciudadano de la necesidad de una sociedad más justa, equitativa y sostenible.
La candidatura de Ana Botín fue propuesta por Ángel Gurría, ex secretario general de la OCDE, quien la presentó al jurado como “una excelente representante de los valores del emprendimiento, pero también de cooperación en el ámbito iberoamericano y de compromiso con el progreso social y económico de los países de la región”. En su comunicado, el jurado de la VII edición del Premio, que concedió el galardón a la banquera por unanimidad, destacó la contribución de la ganadora” al crecimiento empresarial, la generación de empleo y el impulso de las relaciones entre los países de Iberoamérica, así como su liderazgo en la transformación de Grupo Santander y su compromiso social con la educación, con impacto positivo el desarrollo de la región”.
Para el presidente de honor de CEAPI, Enrique V. Iglesias, “este VII premio es un merecido reconocimiento a una persona que se ha destacado por su brillante carrera en los campos económicos y financieros, dirigiendo uno de los principales bancos de España y del mundo y asumiendo un encomiable compromiso con el desarrollo económico y social de Iberoamérica”.
Ana Botín, en su discurso de agradecimiento por el premio recibido, ha destacado el compromiso de Santander con América Latina, que perdura desde hace décadas: “Hoy Santander es la primera franquicia financiera en la región con más 80.000 empleados y 76 millones de clientes. El Grupo Santander confía en Latinoamérica y seguirá invirtiendo allí. Vamos a impulsar aún más la digitalización, la sostenibilidad ambiental y la inclusión financiera en la región”. En su opinión, “Latinoamérica (el mundo) necesita un nuevo contrato social orientado a mitigar las desigualdades” y “a ello puede contribuir una mayor integración comercial en la región y que Europa se comprometa más con América Latina”.