Según un estudio realizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) con la Universidad de Copenhague, los flujos de efectivo en los paraísos fiscales están aumentando y el 40% de la inversión internacional de las multinacionales solo buscan la elusión fiscal. Los paraísos fiscales cuya definición varía son el pilar del “Shadow Banking” y a pesar […]
Dirigentes Digital
| 17 dic 2019
Según un estudio realizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) con la Universidad de Copenhague, los flujos de efectivo en los paraísos fiscales están aumentando y el 40% de la inversión internacional de las multinacionales solo buscan la elusión fiscal. Los paraísos fiscales cuya definición varía son el pilar del “Shadow Banking” y a pesar de su mala imagen hay cada vez más actividad de este tipo y más destinos. En 2017 en todo el mundo se invirtieron unos 15 billones de dólares a la llamada “inversión fantasma”, que no estaba relacionada con ninguna actividad económica en el país receptor.
Para hacerse una idea es el PIB de China y Alemania juntos. Por un lado, el dinero virtual o administrativo en los Bancos ha alcanzado tales volúmenes que las entidades tienen problemas para controlar sus flujos y por el otro lado las reglas de Basilea III dejan al negocio bancario tradicional poca margen de tomar riesgos. Es por ello que las actividades del “Shadow Banking” son cada vez más atractivas, aunque fueron también exactamente tales que causaron problemas en la crisis de 2008.
Luxemburgo, Países Bajos, Hong Kong, Islas Vírgenes, Bermudas, Singapur, Islas Caimán, Suiza, Irlanda y Mauricio recibieron en 2017 el 85% de los pagos anónimos, según el estudio. Los medios informáticos y sus fallos, el problema de controlar Internet o Intranet provocan grandes riesgos para los Bancos internacionales quienes más que nunca deben después de la crisis del 2008 cuidar su imagen. En el otro lado están las instituciones que defienden el estado de bienestar y exigen que se reduzcan los paraísos fiscales que buscan empresas y bancos como vía de escape a un mínimo. La ONG Oxfam critica que son impuestos “robados” que luego no se destinan al progreso de las sociedades. En 2015 la evasión y elusión fiscal de las grandes empresas en Francia, España, Italia y Alemania llegaron a ser cerca de 35 000 millones de euros, según la ONG.
En mi tesis doctoral “Cajas, Bancos y gestión de riesgo en España y Alemania. 1996-2013: ¿Por qué sin ética no hay estabilidad financiera?” se analiza el peligro de un descontrol de flujos monetarios. Riesgo que estamos actualmente enfrentando con pocas herramientas eficaces, por lo que se teme que habrá otra crisis sistémica. El hecho de que a pesar de todos los problemas que han provocado en los años anteriores a 2008 los negocios extrabursátiles OTC (over the counter) y el “Shadow banking” siguen en auge, según el International Organization of Securities Commissions (IOSCO). El trading extrabursátil se refiere a una operación que no se realiza en una bolsa formal. Este trading está menos regulado que las operaciones de bolsa, lo que crea una serie de oportunidades, a la vez que muchos riesgos.
Esto demuestra que un comportamiento ético es imprescindible para mejorar la situación del sector financiero que por sus desequilibrios pone cada vez más en peligro el crecimiento de las economías reales, como señala el economista Antonio Calvo Bernardino: “El sistema financiero debe estar al servicio de la actividad real, del bienestar conjunto y no solamente del individual.”
Para el economista estadounidense Vernon Smith, experto en estos mercados alternativos, hemos llegado a una situación sin salida y es por la enorme liquidez sin control que esperamos otra crisis. Smith hace referencia a la gran depresión de los años 20 del siglo pasado: “No se puede quitar deuda, imprimiendo dinero.” En todo este contexto de demasiado dinero circulando la economía no solamente pierde eficiencia, también ganan importancia destinos con bajos impuestos, muchos de ellos están en medio de Europa.
La UE dejó claro que ningún Estado miembro estará considerado como paraíso fiscal, pero de facto hay algunos que actúan en algunos aspectos como tal. En el caso de Portugal las ventajosas condiciones fiscales para patrimonios han ayudado al país salir de la crisis, pero también provocan dentro de la UE muchos recelos, igual que Irlanda. Un tercio del dinero que se trasladó en 2015 a paraísos fiscales fueron destinados a Europa, sobre todo a Holanda e Irlanda.
Estos dos países ofrecen por ejemplo incentivos fiscales que permiten a las empresas dejar de tributar por los rendimientos derivados del registro de la propiedad intelectual, como las patentes y el copyright. José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca, cree que las muchas regulaciones que se han introducido con los “Acuerdos de Basilea” y la aspirada “Unión Bancaria” solamente llevan el mercado financiero a una actividad todavía mayor del “Shadow banking”: “Resulta contradictorio que estemos haciendo bancos ultra seguros, a costa de desplazar riesgos a partes del sistema financiero que ni vemos ni controlamos,” dice el experto español.
Pues la estrategia de la BCE es hacer la vista larga. En su último listado de paraísos fiscales la UE no incluye Andorra, Panamá, Perú, Uruguay, Hong Kong, Jamaica, Jersey, Corea del Sur, Liechtenstein, Malasia o San Marino y claro tampoco Luxemburgo o Países Bajos, pero según un estudio del FMI los principales países receptores de “inversión fantasma” son justamente Luxemburgo y los Países Bajos.
Mientras Holanda y Irlanda todavía tienen otra industria y negocios, Liechtenstein, miembro del “Espacio Económico Europeo”, existe casi exclusivamente gracias a su condición como paraíso fiscal. Los bajos impuestos corporativos con un máximo de un 18% y unas leyes de incorporación al comercio muy permisivas han llevado a 73.700 compañías a establecer oficinas nominales en Liechtenstein, lo que supone el 30% de los ingresos estatales y casi el doble de habitantes. Empresas como Novem Gold que venden fichas de oro aprecian las leyes permisivas en temas financieros.
Liechtenstein se ha convertido en un hub en tecnología blockchain y criptomonedas y puede ser considerado actualmente como un gran almacén de cuadros, metales y piedras preciosas y dinero de ricos de todo el mundo. Además, hay ahí ubicadas 75 000 fundaciones cuyas miembros pueden ocultar su verdadera identidad.
España tiene su propia lista negra de paraísos fiscales que cuenta actualmente con 34 países y se basa en un Real Decreto de 1991. En aquel momento, la identificación de paraísos fiscales se basaba principalmente en el principio de opacidad y secretismo, es decir en la no-existencia de mecanismos de intercambio de información entre la administración tributaria española (AEAT) y la del país de destino. Mientras Andorra no está en este listado, Gibraltar sí figura, lo que demuestra la influencia de la política en la composición de estas listas negras.
Los mejores controles y acuerdos como pueden ser los de Basilea no sirven si parte del negocio bancario se sitúa luego, por la regulación estricta, fuera de balance (OTC-negocio) o en paraísos fiscales, lo que estamos experimentando ahora. El BCE ha tolerado esta actitud, igual que otros órganos de control y supervisión del mercado financiero en Europa.
Había negligencia y una falta de coordinación y comunicación que ahora con la UBE se intenta mejorar creando mejores instrumentos de control bancario entre ellos el uso de tecnología blockchain ya también te computadoras cuánticas. En este contexto es interesante que Joseph Ratzinger haya correlacionado ya como cardinal la importancia entre las leyes económicas y un comportamiento ético: “La economía no solamente funciona en base de leyes, si no está dirigido por seres humanos.
Aunque el sistema de economía de mercado está basado en la integración del individuo en un contexto legal, no se puede renunciar del factor humano. Las reglas del Mercado solamente funcionan si hay un consenso de moral generalizado que sostiene estás reglas.”