Los bancos, sin embargo, no suelen conceder créditos para esta finalidad, especialmente si el deudor tiene problemas para afrontar las mensualidades. Ahora bien, según el comparador financiero HelpMyCash.com, existen empresas privadas que permiten llevar a cabo esta operación con préstamos con garantía hipotecaria, aunque antes de contratar uno de estos productos, conviene conocer a fondo […]
Los bancos, sin embargo, no suelen conceder créditos para esta finalidad, especialmente si el deudor tiene problemas para afrontar las mensualidades. Ahora bien, según el comparador financiero HelpMyCash.com, existen empresas privadas que permiten llevar a cabo esta operación con préstamos con garantía hipotecaria, aunque antes de contratar uno de estos productos, conviene conocer a fondo sus particularidades.
El funcionamiento de un préstamo con garantía hipotecaria es simple: se hipoteca un inmueble sin cargas y que sea propiedad del deudor para conseguir el dinero suficiente para reunificar deudas (o para cualquier otra finalidad). La garantía del crédito será ese inmueble, que la empresa prestamista podrá embargar en caso de impago.
La principal ventaja de estos productos, según HelpMyCash, es que son más fáciles de conseguir que los créditos bancarios tradicionales. Y es que las empresas que los conceden piden menos requisitos: no es necesario presentar una justificación de ingresos, se puede obtener el dinero aunque se tengan varias deudas contraídas (incluso impagadas), etc.
Además, permiten conseguir importantes sumas de dinero. Por ejemplo, con la compañía Supre Grupo se puede obtener hasta el 40% del valor del inmueble hipotecado, con un importe mínimo de 10.000 euros y un máximo de 300.000 euros. El plazo ofrecido por esta compañía es de hasta 20 años, mientras que el interés puede ser de entre el 2% y el 14% dependiendo de la cantidad solicitada y del perfil del cliente.
Los préstamos con garantía hipotecaria, sin embargo, también tienen sus inconvenientes. El primero es que son más caros por el mayor riesgo de impago que asumen las empresas que los conceden: su interés suele rondar el 10%, mientras que el de las hipotecas (menos del 2% de media) y el de los créditos personales bancarios (7% de media) tienen unos tipos sensiblemente más reducidos.
El segundo inconveniente es que, en caso de impago reiterado, el prestamista puede quedarse con la vivienda hipotecada, aunque no podrá embargar el resto de los bienes presentes y futuros del deudor. Para llegar a este punto, eso sí, la demora tiene que alcanzar un mínimo de 12 cuotas, que serán 15 si ya se ha superado la mitad del plazo de reembolso.
Según HelpMyCash, los interesados en estos productos tienen que analizar su situación para valorar si estos créditos se ajustan realmente a sus necesidades. Por ejemplo, si el importe de las deudas por reunificar es relativamente bajo, puede haber alternativas más adecuadas: negociar con alguno de los acreedores para que acepte rebajar la cuota a cambio de alargar el plazo, tratar de convencer a un banco para que conceda un préstamo personal para agrupar los otros créditos…
Si el préstamo con garantía hipotecaria es el producto elegido para reunificar las deudas, también es aconsejable contactar con varias empresas para comparar sus ofertas. De este modo, el solicitante podrá barajar diversas opciones y se podrá decantar por la que se ajuste mejor a su situación.