Opinión de Carla Castelló, directora de operaciones (COO) de Reental, sobre la tokenización.
Funds&Markets
| 14 may 2024
En los últimos tres años, he sido testigo de cómo el término “tokenización” ha pasado de ser algo desconocido, e incluso arriesgado, a estar en boca de los grandes players financieros, quienes lo definen ya como algo “revolucionario”, que va a cambiar el sector de las finanzas, ya que no sólo optimiza las transacciones, sino que también abre las puertas a aquellos que tradicionalmente no han tenido acceso a mercados de inversión costosos.
El pasado enero, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) aprobó 11 fondos cotizados en bolsa al contado basados en bitcoin (conocidos como ETF, por sus siglas en inglés). Esto ha significado la incorporación de los criptoactivos al mercado tradicional financiero.
Además, el interés en la tokenización ha crecido exponencialmente con movimientos estratégicos de gigantes como BlackRock. La firma ha implementado fondos que emplean la tecnología blockchain, ofreciendo nuevas maneras de acceder y liquidar inversiones. El BlackRock USD Institutional Digital Liquidity Fund es un ejemplo prominente de su apuesta por la tokenización de los denominados Real World Assets (RWA), o activos del mundo real, operando sobre la blockchain de Ethereum y permitiendo a los inversores participar en el mercado de manera más accesible y flexible.
Incluso su CEO, Larry Fink, ha dicho que ven en la tokenización de los activos financieros el siguiente paso del futuro. Pero ¿qué son exactamente esos Real World Assets en los que invierte el nuevo fondo de este gigante mundial?
Tokenizar Real World Assets es algo que está en boga ahora mismo porque, si bien el concepto de tokenización parece un poco abstracto, cuando lo aplicamos a los activos reales, como puede ser un inmueble, se facilita la comprensión del mismo. Lo que se conoce como tokenización inmobiliaria, permite a los inversores pequeños y medianos adquirir fracciones de los derechos económicos generados por las propiedades, democratizando el acceso a inversiones que antes estaban limitadas a inversores institucionales o profesionales del sector. Además, la tecnología blockchain aporta una capa de seguridad y transparencia a las operaciones, registrando todas las transacciones de manera clara y accesible, lo que contribuye a reducir el riesgo de fraude y aumenta la confianza en el mercado.
En mercados emergentes, por ejemplo, la tokenización puede ser particularmente transformadora, ya que, al bajar las barreras de entrada y hacer las inversiones más asequibles, las democratiza y facilita la inclusión financiera. De hecho, la agilidad y eficiencia de los pagos digitales en estos mercados contrasta con la lentitud de los mercados desarrollados para adoptar estas innovaciones, lo que podría acelerar aún más la adopción global de la tokenización.
Hasta la fecha, todo lo relacionado con blockchain, criptoactivos y tokenización ha estado considerado como inversiones de alto riesgo, en cambio la entrada de la regulación, la aprobación de los ETF’s de bitcoin por parte de la SEC, y la evangelización de cómo la tokenización va a revolucionar el sector de las inversiones por parte personas como Larry Fink auguran el inicio de una adopción masiva en los próximos meses. Y es que, cuando hablamos de inversiones y de dinero, es fundamental la confianza, no sólo en el producto o empresa que hace la propuesta, sino en la propia tecnología y sector, y apuestas como las de BlackRock afianzan el camino.