La inversión en los mercados debe estar precedida por el conocimiento de los datos macroeconómicos y ver en qué situación se encuentran las economías. Después del crecimiento, la situación mundial de las economías se encamina hacia una ralentización, especialmente en la zona euro, aunque las buenas temperaturas experimentadas durante este invierno, entre otros factores, han […]
La inversión en los mercados debe estar precedida por el conocimiento de los datos macroeconómicos y ver en qué situación se encuentran las economías. Después del crecimiento, la situación mundial de las economías se encamina hacia una ralentización, especialmente en la zona euro, aunque las buenas temperaturas experimentadas durante este invierno, entre otros factores, han producido que la crisis venidera no sea tan profunda para el año en el que nos encontramos.
La gestora Natixis IM, realiza una radiografía de la situación macroeconómica y apunta hacia una mayor ralentización para el año 2024, aunque prefieren adoptar cautela a la hora de hacer previsiones. Nicolas Malagardis, estratega macro y de mercados en Natixis IM, considera que la Reserva Federal realizará una nueva subida de tipos de interés antes del verano, ante la fortaleza del mercado laboral estadounidense, mientras que del Banco Central Europeo y del Banco de Inglaterra espera al menos dos.
“Es más difícil anticipar qué hará la Fed en los próximos meses, donde los datos del mercado laboral serán la clave”, explica.
En relación al crédito al consumo en EEUU, Natixis IM observa una clara tendencia a la baja, a pesar de que “no se ha visto muy mermado” tras los eventos ocurridos con varios bancos en el país. En el futuro, la gestora predice una inflación persistente en EEUU, en especial la subyacente, con una Fed que “puede continuar subiendo tipos”, por lo que la economía del país se mostrará “vulnerable” y se anticipa una recesión para el primer trimestre de 2024. En cuanto a la salud de Europa, las principales economías del continente muestran una situación “pesimista” pero que se normaliza “rápidamente”.
Por el lado de China, la gestora sostiene que la reapertura no está produciendo el nivel de demanda que se esperaba y que se está produciendo una “reapertura interna”. Los ciudadanos en el gigante asiático no recibieron un alto nivel de subsidios económicos durante la pandemia, a lo que se suma su perfil ahorrador, que principalmente invierten en Real Estate, actividad hacia la cual mantienen una confianza mermada en la actualidad.
Mediante el análisis de 124 carteras modelo, que Natixis IM clasifica por perfil de riesgo como conservadora, moderada y agresiva la gestora trata de arrojar luz sobre las perspectivas de las carteras españolas y aporta ideas de inversión, basadas en las principales tendencias del mercado.
Carmen Olds, directora del equipo de Advisory de Natixis Investment Managers Solutions, explica que durante el año pasado los inversores con un perfil de riesgo agresivo y conservador obtuvieron unos resultados similares ya que “la corrección del año pasado ha hecho que haya poca diferenciación entre los perfiles”. El 2022 fue un año “duro” en términos de diversificación de carteras, mientras que lo observado durante los últimos seis meses es una mayor asignación de renta fija en las carteras de todos los perfiles de riesgo.
La tendencia que se aprecia es un “retorno de la renta fija”, afirma Olds, que cuenta con unas expectativas “muy positivas” y la mejor oportunidad de los últimos 15 años por los mayores rendimientos que presenta. “Los encuestados ven en la renta fija una manera de generar ingresos, pero también un activo refugio”, expone Carmen Olds.
Sin embargo, no existe un consenso sobre el corto o el largo plazo a la hora de invertir en renta fija, por la incertidumbre derivada de los datos de IPC y el efecto en la política monetaria.
Para la renta variable, la gestora observa una disminución del sesgo doméstico, con un incremento de la exposición a Europa para los tres perfiles, aunque durante el último semestre se ha producido una reversión de esta tendencia, por lo que puede esperarse que en el futuro no se mantenga.