La inflación en Europa está preocupando al mercado. Noviembre de 2020 fue el cuarto mes consecutivo en el que la inflación general de la eurozona, utilizando el índice armonizado de precios al consumo (IAPC), fue negativa. En el caso español, el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,2% en diciembre en relación con […]
BolsasLa inflación en Europa está preocupando al mercado. Noviembre de 2020 fue el cuarto mes consecutivo en el que la inflación general de la eurozona, utilizando el índice armonizado de precios al consumo (IAPC), fue negativa. En el caso español, el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,2% en diciembre en relación con el mes anterior, pero es la primera vez desde 2014 que el IPC cierra en terreno negativo. En 2019 acabó el año en el 0,8%, mientras que en 2018, 2017 y 2016 se situó por encima del 1%. En 2015, la tasa fue del 0,0%, en tanto que en 2014 se cerró el ejercicio en el -1%.
La preocupación de los inversores proviene de las bajas tasas de inflación observadas en la última década, junto con dos períodos notables de caída de los precios. “El periodo de desinflación de 2009 fue relativamente breve, pero la etapa posterior a la crisis de la deuda soberana fue más grave. Con tipos de interés casi a cero, el Banco Central Europeo (BCE) inició por primera vez la compra de activos o la relajación cuantitativa. Sin embargo, el período de preocupación duró alrededor de tres años para la unión monetaria”, comenta Azad Zangana, economista senior y estratega para Europa de Schroders.
Hoy en día, la inflación en Alemania, España e Italia está en territorio negativo, con Francia justo por encima de cero. El temor es que con los tipos de interés ya por debajo de cero, la capacidad del BCE para aumentar la inflación parece muy limitada. Esto es especialmente cierto dado que los tratados de la UE prohíben la financiación monetaria, a menudo denominada Teoría Monetaria Moderna. Para empeorar las cosas, varios indicadores apuntan a un aumento de las presiones deflacionarias, lo cual hay que señalar.
Pese a ello, Zangana comenta que “a corto plazo, confiamos en que la inflación repuntará hasta el punto de que los temores a la deflación disminuyan. Sin embargo, dada la advertencia del índice de vulnerabilidad a la deflación, es probable que persista la cautela. De hecho, el pronóstico de inflación del BCE tiene una recuperación en 2021, pero no hasta su objetivo de inflación “cercana pero inferior al 2%”. Esto sugiere que podría haber más estímulo monetario a finales de 2021, pero como mínimo, los inversores no deberían esperar ningún aumento significativo de los tipos de interés durante al menos dos o tres años”, sostiene.
Por su parte, desde ING sostienen que en el tercer trimestre la inflación podría alcanzar el 2% por primera vez desde el año 2018. En sus proyecciones de diciembre, el Banco Central Europeo prevé un aumento gradual de la inflación general de la zona del euro del 0,3% en el primer trimestre al 1,5% en el cuarto trimestre.