Más de la mitad de los inversores españoles (52%) considera que los factores ESG mejorarían el retorno de sus inversiones, según se desprende del ESG Survey 2023, la encuesta anual sobre factores medioambientales, sociales y de gobernanza elaborada por el Chief Investment Office (CIO) de Deutsche Bank AG. En esta línea, el 71% de los […]
Más de la mitad de los inversores españoles (52%) considera que los factores ESG mejorarían el retorno de sus inversiones, según se desprende del ESG Survey 2023, la encuesta anual sobre factores medioambientales, sociales y de gobernanza elaborada por el Chief Investment Office (CIO) de Deutsche Bank AG.
En esta línea, el 71% de los inversores privados e institucionales españoles que han participado en el estudio, mostraron que las cuestiones ESG son un factor primario para elegir un proveedor de servicios financieros. Y admiten no estar lo suficientemente informados al respecto. Un 74% y un 43% están 'completamente de acuerdo' y 'de acuerdo' respectivamente en la necesidad de información sobre cómo las compañías se están adaptando a un modelo de negocio sostenible.
Los inversores, especialmente en Europa, siguen comprometidos con la consecución de objetivos ESG y están preocupados por la transición económica, según las principales conclusiones de este estudio. De hecho, creen que el cambio climático sigue siendo el principal problema medioambiental a la hora de tomar decisiones de inversión, aunque el porcentaje (44%) ha descendido desde el año pasado (78%).
Según Markus Müller, director de inversiones ESG y director del CIO de Deutsche Bank, "los inversores están centrados en la transición económica hacia una economía con bajas emisiones de carbono. Y, a pesar de la reacción en contra de la ESG en algunos debates públicos, esta encuesta muestra un fuerte compromiso con el tema, especialmente entre los inversores europeos. Las empresas que puedan cumplir su plan de transición y mostrar sus credenciales se beneficiarán del apoyo de los inversores."
Los resultados revelaron igualmente que los inversores están a favor de la regulación para proteger el medio ambiente. Pero cuando se trata de planes de transición de las empresas, prefieren ver soluciones impulsadas por el mercado, como mejores procesos de producción, mejoras tecnológicas y educación de los consumidores, frente a iniciativas políticas.
Así, aunque los inversores comprenden el riesgo climático y están preocupados por la necesidad de una transición económica, sólo una pequeña proporción se considera bien informada. Incluso con el aumento significativo de la inversión ESG en los últimos tres años -especialmente durante el Covid-19-, todavía sólo el 15% de los inversores asegura tener un buen conocimiento ESG, mientras que sólo el 3% se identificaron como expertos en ESG.
"Existe una brecha entre lo que los inversores saben que hay que hacer para esta transición económica y cómo la inversión ESG puede ayudar en esta transición. Es evidente que los inversores necesitan mucha más educación".
Por temáticas, la transición energética es la opción de inversión preferida (18%), en comparación con la inversión en Inteligencia Artificial, manufacturing y economía circular. Además, si bien los inversores esperan que el cambio medioambiental afecte a las distintas clases de activos y consideran que la naturaleza es un factor clave en las decisiones de inversión individuales, parece estar disminuyendo la esperanza en la capacidad de la ESG para gestionar el riesgo de las carteras. Por debajo de la encuesta del año pasado, el 37% de los encuestados está 'muy' o 'ligeramente' de acuerdo en que los factores ESG pueden ayudar a gestionar el riesgo de las carteras.
La encuesta también detectó una diferencia de sensibilidad entre hombres y mujeres. Más mujeres (27%) evitarían una inversión si los factores relacionados con la sostenibilidad no cumplen sus expectativas, en comparación con los hombres (19%). Asimismo, más mujeres (54%) demandan más información sobre los planes de transición de las empresas, en comparación con los hombres (40%). Por su parte, el 70% de las mujeres cree que es necesaria una mayor regulación internacional para proteger los océanos y la biodiversidad, frente al 58% de los hombres.