La mayoría de los inversores españoles considera que invertir de forma sostenible no solo contribuye a impulsar la superación de algunos retos en materia de sostenibilidad, como el cambio climático, sino que también es clave para impulsar la rentabilidad a largo plazo. Así lo desvela el último Estudio Global de Inversión de Schroders. Según las […]
La mayoría de los inversores españoles considera que invertir de forma sostenible no solo contribuye a impulsar la superación de algunos retos en materia de sostenibilidad, como el cambio climático, sino que también es clave para impulsar la rentabilidad a largo plazo. Así lo desvela el último Estudio Global de Inversión de Schroders.
Según las conclusiones de este estudio, para el que se ha encuestado a más de 23.000 personas que invierten desde 33 lugares del mundo, más de dos tercios de los españoles (73%) creen que las inversiones sostenibles son la única forma de garantizar la rentabilidad de las carteras a largo plazo. De hecho, cuanto mayor es su conocimiento financiero, más confían en el potencial de rentabilidad a largo plazo de las inversiones sostenibles, ya que un 80% de los inversores que se consideran expertos así lo afirman frente al 58% de los que tienen conocimientos básicos. Además, prácticamente la totalidad de los inversores (94%), reconoce el atractivo de los fondos sostenibles, de los cuales el 50% los ven especialmente interesantes por su impacto medioambiental más amplio.
Muestra de ese interés es que los fondos sostenibles ya forman una parte relevante de las estrategias de inversión de los españoles. De media, el 30,71% de las carteras de los inversores nacionales está en fondos sostenibles, en línea con las de los inversores europeos (30,62%) o los americanos (30,55%) y por encima de los asiáticos (28,23%). Además, en el caso de los inversores españoles que se autodefinen como expertos, este porcentaje aumenta hasta el 34%.
Al considerar invertir en un fondo sostenible, más de la mitad (54%) de los españoles quieren un producto que se centre en la obtención de rentabilidades financieras y que, al mismo tiempo, integre factores de sostenibilidad.
Si bien, entre los factores que los inversores españoles reconocen que los animarían a aumentar sus asignaciones a productos sostenibles, el más popular es la posibilidad de elegir inversiones que se ajusten a sus preferencias personales en materia de sostenibilidad (48%). Este factor está seguido de cerca por tener una mayor educación de calidad en inversión sostenible en general (44%).
Por el contrario, la principal causa que los españoles alegan para no aumentar sus asignaciones en inversiones sostenibles es la falta de transparencia y de datos de los proveedores sobre el impacto de estas inversiones (49%). El siguiente obstáculo que marcan es la falta de definiciones claras y consensuadas sobre lo que es la inversión sostenible (43%).
Cuando se trata de áreas de impacto deseadas de las inversiones sostenibles, los españoles exponen una gama diversa de objetivos, aunque un número ligeramente mayor se decanta porque sus inversiones tengan un impacto en la mejora de la salud y el bienestar (46%), en aumentar el acceso a una educación de calidad (45%), en la reducción de las desigualdades (37%) y en proporcionar acceso a agua limpia y a servicios de higiene (37%).
“Es destacable como los objetivos con un cariz más social están ganando protagonismo entre los inversores españoles, ya que la educación de calidad y la reducción de las desigualdades figuran en este estudio como las áreas en las que más impacto les gustaría que generasen sus inversiones. Por otro lado, es reconfortante comprobar la correlación del nivel de conocimiento financiero con la confianza en la inversión sostenible y que cuanto más sabe un inversor, más confía en la capacidad de la inversión sostenible, tanto para generar rentabilidad a largo plazo, como para contribuir a conseguir objetivos medioambientales y sociales. Creemos que todavía hay una gran labor educativa por hacer, puesto que cuanto más entienda la gente los productos en los que invierte y su impacto en la sociedad y el medio ambiente, más capital debería fluir hacia la inversión sostenible”, afirma Carla Bergareche, directora General para España y Portugal de Schroders.