Es de esperar que aumenten los riesgos de “ángeles caídos” -compañías con grado de inversión que repentinamente caen en bono basura-, y de zombis -las compañías mantenidas vivas por los bancos, los inversores y los bajos tipos de interés-, durante cualquier recesión importante. Las subidas de tipos de interés y la desaceleración del crecimiento económico […]
Es de esperar que aumenten los riesgos de “ángeles caídos” -compañías con grado de inversión que repentinamente caen en bono basura-, y de zombis -las compañías mantenidas vivas por los bancos, los inversores y los bajos tipos de interés-, durante cualquier recesión importante.
Las subidas de tipos de interés y la desaceleración del crecimiento económico combinadas con un volumen sin precedentes de deuda corporativa pueden poner en peligro las calificaciones crediticias. En este sentido, los riesgos relacionados con los “ángeles caídos” y los “zombis” probablemente resulten particularmente relevantes.
La sostenibilidad de la deuda es el mayor riesgo para la estabilidad financiera, incluso si no hay un umbral único que provoque una crisis de deuda. En Scope anticipamos aumentos rápidos en los desafíos para las empresas altamente endeudadas, así como para los países y los hogares, si los tipos de interés suben más allá de los 200 puntos básicos desde los niveles actuales.
Una estimación señala un récord de 4,3 billones de dólares en préstamos corporativos de baja calidad y bonos high yield (en comparación con los 2,4 billones de 2010) que enfrentarían desafíos significativos si los tipos de interés aumentaran considerablemente y la economía de Estados Unidos se deteriorara. A pesar de la tendencia a la disminución de la volatilidad en los rendimientos de los bonos del Tesoro a 5 años, la pérdida implícita en el mundo real por cada punto básico de variación se ha incrementado en un 240%, una muestra de cómo influyen en el volumen de deuda hasta los pequeños cambios en los tipos de interés. La deuda corporativa se ha disparado en China en los últimos años, con una recuperación mucho más leve en Japón y un descenso lento y constante en la UE.
Si bien no esperamos una recesión en la economía mundial en 2019 (aunque sí una desaceleración), es prudente revisar cuáles podrían ser los efectos de este hecho ante la creciente vulnerabilidad de los acreedores.
Los “ángeles caídos” son particularmente peligrosos, ya que el deterioro de las circunstancias crediticias que lleva a un analista a degradar a una compañía por debajo del grado de inversión puede acelerar rápidamente si la rebaja desconcierta al mercado en general, lo que resulta en una profecía autocumplida.
Como sucedió en Japón en la década de 1990, un gran número de compañías “zombis” aumentan el riesgo de trampas de deuda, donde los encargados de formular políticas se enfrentan a restricciones sobre los aumentos de los tipos de interés debido al endeudamiento de las empresas, el sector público o el endeudamiento de las familias. El capital desplegado por compañías “zombis” tampoco puede ser redistribuido para un uso más productivo.
Los cálculos estiman que las firmas zombis representaban el 12% de todas las compañías en los países industrializados en 2016, en comparación con menos del 6% en 2000, pero la probabilidad de que un “zombi” siga siendo un zombi -que no vuelva a ser rentable o desaparezca- ha aumentado del 75% al 85%.
John Francis Opie, director asociado de Scope Ratings