China rebotó al inicio de este 2023, su “Año del Conejo”, y ha dispuesto todos los ingredientes para su recuperación. Después de que sus autoridades pusieran fin a las restricciones del COVID, la población ha vuelto a desplazarse y socializar otra vez. La mayor parte de nuestros analistas de China espera que los ingresos crezcan […]
China rebotó al inicio de este 2023, su “Año del Conejo”, y ha dispuesto todos los ingredientes para su recuperación. Después de que sus autoridades pusieran fin a las restricciones del COVID, la población ha vuelto a desplazarse y socializar otra vez.
La mayor parte de nuestros analistas de China espera que los ingresos crezcan durante los próximos diez meses y es el único país donde pronostican un incremento general de los márgenes de beneficios. También es el único país donde se prevé que aumente la rentabilidad media sobre el capital en 2023. Los argumentos a favor de China como factor diversificador a largo plazo son atractivos y cada vez más numerosos, con un conjunto de oportunidades amplio pero que demanda un enfoque activo y de convicción, basado en un análisis fundamental profundo y ascendente con un claro énfasis en la valoración, presencia sobre el terreno, relaciones con los mercados desarrollados y competencias operativas contrastadas.
Teniendo en cuenta estos mimbres, China tiene tres grandes temáticas de inversión para aprovechar de cara al largo plazo que paso a detallar a continuación:
Los hogares chinos engrosaron sus depósitos bancarios en 2022 con una cifra récord de 17,8 billones de yuanes (2,6 billones de dólares, a 8 de febrero), un 80% más que un año antes. Eso crea un fondo de reserva del tipo de “gasto para desquitarse” que vimos en otros grandes mercados cuando fueron saliendo del confinamiento. Pero más allá de dicho gasto, vemos que el gobierno está poniendo en marcha políticas de apoyo para aprovechar la fuerza del consumo chino como motor del crecimiento interno. China, que cuenta con 1.400 millones de clientes potenciales, sigue siendo uno de los mercados de consumo más grandes y de más rápido crecimiento del mundo. El aumento de los niveles de renta, el auge de la clase media y las políticas públicas de estímulo están provocando que la economía china se aleje cada vez más de las exportaciones y los proyectos de infraestructuras como principales motores de crecimiento, y se reconvierta en una economía basada en el consumo. Creemos que, en esta área, los ganadores serán las empresas de alta calidad que se enfoquen en lo que compran los consumidores chinos y cómo lo compran, las compañías capaces de generar rentabilidades duraderas sobre los activos y resultados financieros estables; y las empresas dirigidas por equipos gestores fiables que alienten culturas corporativas saludables y aborden cuestiones estratégicas clave como la sostenibilidad.
Esta temática podríamos denominarla “dialogar sin excluir”. La potencia, junto con Asia en su conjunto, se ha situado históricamente por detrás de los mercados desarrollados en materia de sostenibilidad. Eso plantea desafíos, pero también tremendas oportunidades de inversión para beneficiarse de un despegue desde un nivel bajo. Durante los últimos años, la lógica y la práctica de la sostenibilidad empresarial han comenzado a emerger con más fuerza en toda la región de Asia, incluida China, y estamos apreciando una dinámica de cambio. Las empresas chinas siguen mejorando gradualmente sus prácticas ESG, impulsadas por los cambios normativos. Aunque los informes de sostenibilidad obligatorios están cada vez más cerca, creemos que sigue siendo indispensable un enfoque activo e integral de las evaluaciones y el diálogo ESG en China. Llevado a la práctica, esto significa generar análisis ESG efectivos basados en una comprensión profunda de las características de los sectores, las trayectorias de las empresas y la competencia de los equipos directivos. También aplicar datos, calificaciones y marcos ESG de elaboración propia y de terceros e interactuar de forma activa con los ejecutivos para generar perspectivas más detalladas, influyendo así positivamente en la cultura y los comportamientos de las empresas.
Se trata de un claro caso práctico sobre diversificación en renta fija. Como hemos indicado anteriormente, la idea de China como factor diversificador se extiende a las diferentes clases de activos. Aquí nos centramos en los argumentos a favor de los bonos denominados en yuanes como diversificador: los mercados de bonos en yuanes han registrado unas bajas correlaciones con otras curvas de rendimientos de los mercados desarrollados a lo largo de la pandemia y, aunque hemos observado focos de volatilidad (sobre todo en ámbitos relacionados con los inmuebles), el patrón de conjunto apunta a unas rentabilidades relativamente más estables y China no registró la capitulación generalizada en los precios y las correlaciones con las bolsas que caracterizaron a los mercados de bonos de Occidente en 2022. Los bonos denominados en yuanes también ofrecen diversificación frente al dólar, ya que el yuan es la tercera mayor moneda dentro del programa de Derechos Especiales de Giro del FMI, tras el dólar estadounidense y el euro.
En resumen, consideramos que la mejor forma de materializar estas oportunidades, además de lidiar con los riesgos, es mediante un enfoque de inversión experto y activo basado en análisis exhaustivos, experiencia y relaciones, y que las temáticas que hemos destacado —el consumo chino, la sostenibilidad y los bonos en yuanes como factor diversificador— ofrecen tres vías atractivas para mantener, potenciar, iniciar o retomar las inversiones en China.