La volatilidad en los mercados de crédito sigue siendo elevada. Algunos de los riesgos e incertidumbres asociados al conflicto de Ucrania y a las preocupaciones por la estanflación han encarecido los tipos y los mercados de crédito. El mercado espera un ciclo de contracción por parte de los bancos centrales de los mercados desarrollados en […]
La volatilidad en los mercados de crédito sigue siendo elevada. Algunos de los riesgos e incertidumbres asociados al conflicto de Ucrania y a las preocupaciones por la estanflación han encarecido los tipos y los mercados de crédito. El mercado espera un ciclo de contracción por parte de los bancos centrales de los mercados desarrollados en respuesta al aumento de la inflación.
El principal riesgo para los inversores sigue siendo adelantar la retirada de liquidez y el endurecimiento de las condiciones monetarias en un contexto de desaceleración del crecimiento, especialmente en Europa. La comunicación de los bancos centrales se dificulta por las elevadas valoraciones de las acciones y por el hecho de que gran parte de las presiones inflacionistas están relacionadas con la preocupación por la oferta y no con una demanda excesiva. Parece que los bancos centrales están potencialmente dispuestos a aumentar el riesgo de recesión para restaurar la credibilidad y anclar las expectativas de inflación.
A pesar de la mejora de las valoraciones de los bonos investment grade, somos reacios a añadir riesgo de diferencial beta y preferimos centrarnos en la creciente dispersión entre sectores y nombres como fuente potencial de alfa. Creemos que el entorno para el crédito ha cambiado significativamente e incluso si las hostilidades en Ucrania disminuyeran todavía nos encontramos en una fase temprana de endurecimiento monetario, con una inflación que ofrece escasas señales de alcanzar un máximo.
Las nuevas medidas de contención debido al aumento de los casos de Covid en China también podrían empeorar aún más las presiones de la cadena de suministro. Al mismo tiempo, el daño a las empresas por el aumento de los costes de los insumos y los precios de consumo tardará algún tiempo en hacerse más evidente.
En nuestra opinión, algunas áreas de los mercados de crédito, como los bonos investment grade y los mercados emergentes, ofrecen un valor y precio creciente en un elevado escenario de recesión. Creemos que el alto rendimiento ofrece poco valor fuera de las ideas específicas de investigación idiosincrática.
Dentro de los bonos investment grade, la dispersión sectorial en EE.UU. es mayor que en Europa, con sectores como el tecnológico que se revalorizan tras el bajo rendimiento del mercado de renta variable. Creemos que el sector de la defensa será un claro beneficiario del aumento de los presupuestos de seguridad en los diferentes estados, especialmente en Europa. Mientras tanto, la fuerte subida de las soft commodities podría afectar incluso a los sectores defensivos, como los productores de alimentos. Creemos que el sector bancario y de seguros se encuentran infravalorados en precios en todo el mundo. Encontramos oportunidades en áreas como los bancos griegos, que tienen un mayor potencial de mejora a medida que avanzan en la reducción del riesgo de sus balances.
Aunque el cambio de tono del BCE ha afectado al sentimiento hacia el crédito europeo y los países de la periferia, somos relativamente favorables a los bonos europeos investment grade en la actualidad, considerando que los diferenciales ya implican mayores tasas de impago y desaceleración económica. También buscamos aprovechar la base positiva (en la que los niveles de CDS -Credit Default Swaps- de muchas compañías son más baratos que el equivalente de sus bonos al contado).