Todo el que compra acciones se enfrenta al eterno dilema: ¿Value o growth? Pero ¿de verdad es tan importante esta pregunta recurrente? Son muchos los libros que se han escrito y se siguen escribiendo —por no hablar de la infinidad de charlas que se imparten— sobre el tema de las acciones de valor y las […]
Todo el que compra acciones se enfrenta al eterno dilema: ¿Value o growth? Pero ¿de verdad es tan importante esta pregunta recurrente?
Son muchos los libros que se han escrito y se siguen escribiendo —por no hablar de la infinidad de charlas que se imparten— sobre el tema de las acciones de valor y las acciones de crecimiento. Es decir, sobre las acciones que son injustamente despreciadas por la bolsa y sobre aquellas empresas que gozan de especial popularidad entre los inversores por su potencial de crecimiento. Sobre cuál de los dos tipos de acciones funciona mejor en cada entorno bursátil.
Para ser sinceros, no es una cuestión que nos quite mucho el sueño. En épocas de altas tasas de inflación es especialmente importante identificar aquellas empresas cuyos productos y servicios tienen demanda y que, por lo tanto, tienen suficiente poder de fijación de precios. Estas empresas no solo ofrecen protección contra la inflación, sino también un potencial de crecimiento del valor real a largo plazo.
Últimamente nos preguntan a menudo si no ha llegado el momento de los inversores en valor. Aun así, no queremos eludir la pregunta. ¿Qué entendemos por inversión en valor, o value investing, o qué es en realidad un inversor en valor?
Pues alguien que intenta dilucidar el valor económico de una inversión. ¿Es el precio de una acción más alto o más bajo que su valor económico, que su valor intrínseco? Cuanto más bajo sea, mejor.
Sin embargo, cuando nos plantean el tema, la persona que formula la pregunta suele tener otra idea en mente y entender el término de otra manera que va acompañada de una distinción —en nuestra opinión, artificial— entre value y growth, algo que seguramente da pie a errores.
En la mayoría de los casos, lo que quiere la persona es identificar acciones de valor basándose en determinados parámetros financieros. Una acción value debe tener una baja relación entre el precio y el valor contable (ratio PVC) y/o una baja relación precio-beneficio (PER), además de ofrecer la máxima rentabilidad por dividendo posible.
Por desgracia, a menudo hay buenos motivos para que una inversión sea muy asequible, o por mejor decir, barata. No es raro que bajo las supuestas gangas se escondan empresas con escasos márgenes y muy dependientes del ciclo económico cuyo potencial de beneficios futuros es muy difícil de predecir, precisamente por esa razón.
Dicho de otra forma, lo que hoy es 'barato' mañana puede salirle caro al inversor.
Nosotros preferimos buscar empresas que tengan un crecimiento relativamente estable y cuyos beneficios futuros puedan predecirse con la mayor seriedad posible. En nuestra opinión, ahí se ve mucho mejor el value, aunque estas empresas, de primeras, no tengan pinta de 'gangas'.