Las píldoras, cápsulas y polvos vitamínicos constituyen el 5% de todas las ventas de comestibles en Estados Unidos. Sus márgenes de beneficio suponen, sin embargo, aproximadamente 10 veces más que los de los productos alimenticios. En los últimos años, esta industria ha estado creciendo tan rápido como la economía china, según cifras de ‘Euromonitor Internacional’. […]
Dirigentes Digital
| 09 nov 2015
Las píldoras, cápsulas y polvos vitamínicos constituyen el 5% de todas las ventas de comestibles en Estados Unidos. Sus márgenes de beneficio suponen, sin embargo, aproximadamente 10 veces más que los de los productos alimenticios.
En los últimos años, esta industria ha estado creciendo tan rápido como la economía china, según cifras de ‘Euromonitor Internacional’. Y desde 2008 el negocio de las vitaminas se ha ampliado un 40%. De hecho las tiendas que ofrecen estos productos se han multiplicado de manera vertiginosa, y en ciudades como Nueva York se pueden encontrar varios de estos establecimientos en apenas una manzana.
El envejecimiento de la población y la creciente preocupación por la salud son dos de los principales motivos que han hecho que este sector crezca rápidamente. La mayoría de los estadounidenses, con la esperanza de mejorar su salud, destinan parte de su dinero a estos productos. Y la industria se beneficia de esta demanda.
Muchos creen que tomando estos complejos vitamínicos compensarán su pobre dieta que en muchas ocasiones está vinculada a una deficitaria economía familiar. Ingieren comida rápida y productos procesados y envasados porque son baratos. Pero no se lo piensan dos veces al gastarse más de 15 dólares al mes en píldoras para contrarrestar la mala alimentación.
Katie Ferraro, nutricionista de la Universidad de San Francisco anima a sus pacientes a "hacer cambios en su alimentación antes que recurrir a las pastillas".
Porque, ¿realmente estas píldoras son efectivas? Según afirma la periodista Catherine Price en su libro ‘Vitamania’, "hemos aceptado ciegamente las vitaminas y suplementos nutricionales como curas milagrosas para nuestras dolencias, sin ni siquiera saber lo que estamos metiendo en nuestros cuerpos".
¿Qué contienen realmente las píldoras?
Son muchos los consumidores que siguen el ‘consejo televisivo’, o a través de Internet, de "gurús" que afirman que para tener una alimentación completa y saludable se deberían tomar estos complejos vitamínicos.
Pero, ¿qué se sabe de la composición de esos comprimidos? Prácticamente nadie los inspecciona antes de que lleguen a los estantes de las tiendas. Según Pieter Cohen, profesor de medicina de la Universidad de Harvard, "los consumidores necesitan darse cuenta de que lo que están comprando en un bote es completamente diferente de lo que un antiguo herbolario habría utilizado, y es muy poco probable que estos productos altamente procesados ofrezcan cualquiera de los teóricos beneficios para la salud que dicen aportar".
"Los beneficios de estos suplementos son difíciles de probar", explica la dietista Carol Haggans, de la Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Puede leer el reportaje completo en la revista DIRIGENTES del mes de noviembre