Los efectos del estallido de la burbuja inmobiliaria siguen latentes en España. La producción en el sector de la construcción marcó mínimos entre 2012 y 2013 hasta suponer menos de la mitad que a comienzos de los 90. Y es que, tras crecer de forma continuada desde 1992 y marcar máximos en 2007, el desplome ha sido tremendamente acusado, como se observa en el gráfico. Desde máximos de 2007, el consumo de cemento acumula una caída del 81%. La caída en el caso del ladrillo y las tejas es del 86,5%; y, para las láminas impermeabilizantes, la producción es ahora un 65% inferior a hace diez años. Sin embargo, el optimismo vuelve a los titulares sobre inmobiliario español. La gente vuelve a comprar vivienda, los precios repuntan ligeramente y la producción del sector constructor parece volver a la tendencia positiva, aunque las cifras quedan aún muy lejos de las registradas hace diez años. Según datos de Tinsa, desde que los precios de la vivienda marcaran máximos en 2007, estos han caído una media de un 39,9%. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que, pese a que este pasado mes de marzo la firma de hipotecas ha marcado cifras máximas desde 2012 (con 27.720 nuevas hipotecas), lejos quedan las más de 127.000 que se firmaron en el mismo mes de 2006 o las 129.000 de septiembre de 2005. Cada Comunidad Autónoma ha sufrido la crisis del ladrillo de muy distintas formas. Según el Informe Barcelona Building Construmat, Castilla La Mancha, Navarra, La Rioja y la Comunidad Valenciana, fueron las regiones más castigadas por la crisis, y han llegado a registrar una caída de más del 80% en la producción del sector constructor. Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, Extremadura y Galicia han acumulado caídas de entre el 70 y el 80%. Baleares, Madrid y País Vasco han sido las “menos” afectadas por la caída de la producción constructora, con menos de un 70% de caída acumulada. Lo mismo ha sucedido con los precios, que no se recuperan igual en todos los puntos del país. Mientras que los precios en Baleares y Canarias son los que más se han recuperado desde entonces (acumulan una caída del 27,8%, según datos de abril de Tinsa), en la Costa Mediterránea la vivienda es aún un 46% más barata que durante el boom inmobiliario. Las conclusiones del Informe de Barcelona Building Construmat se resumen en la siguiente tabla. Las regiones que se vieron menos afectadas por la crisis (que acumularon una caída menor en la producción) son también las menos expuestas a la recuperación: Baleares, País Vasco y Madrid. La Rioja es la única región de entre las más dañadas por la crisis que está recuperándose en menos medida que la media nacional. El caso de Valencia, Murcia y Castilla- La Mancha es el contrario; fueron las más afectadas por el estallido de la crisis pero son las que se están recuperando más rápidamente.