El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha reactivado su agenda exterior con el comienzo del nuevo año. Tras recibir en el Palacio del Elíseo el pasado viernes al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el líder galo ha iniciado este lunes una gira internacional en China, que continuará el próximo 18 de enero en Reino Unido. […]
Dirigentes Digital
| 08 ene 2018
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha reactivado su agenda exterior con el comienzo del nuevo año. Tras recibir en el Palacio del Elíseo el pasado viernes al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el líder galo ha iniciado este lunes una gira internacional en China, que continuará el próximo 18 de enero en Reino Unido. La visita oficial de Macron al gigante asiático tiene un marcado carácter ambiental, tras encabezar el pasado mes de diciembre la Cumbre del Clima de París. En su primera rueda de prensa en la ciudad de Xian, el presidente francés ha propuesto a Pekín una alianza bilateral para “el futuro del mundo”, centrada en temas climáticos. Para reforzar su apuesta por una colaboración más estrecha con China, Macron se ha comprometido a visitar el país al menos una vez al año, además de comprometer la colaboración de Europa en el gran proyecto chino de comercio e infraestructura, la Nueva Ruta de la Seda, que no tiene un respaldo unánime entre los 28. Esta iniciativa busca reforzar las rutas de transporte ferroviario y marítimo de mercancías. El proyecto pretende conectar China y Europa Occidental con una red terrestre que cruce Rusia y Asia Central, además de una ruta marítima hacia África y Europa por el océano Índico. El plan incluye la construcción de carreteras, puertos, vías férreas y parques industriales en 65 países de Asia, Europa y África, con una inversión aproximada en más de 1 billón de dólares. Entre los posibles beneficiarios, están los puertos españoles en el Mediterráneo y las infraestructuras ferroviarias que conectan el país con Francia. Después de Xian, Emmanuel Macron, viajará junto a su esposa, Brigitte Macron, y unos 60 dirigentes empresariales franceses a Pekín, donde permanecerá hasta el miércoles. Este mismo lunes, el presidente galo será recibido en privado por su homólogo chino, Xi Jinping, y su esposa, Peng Liyuan. El martes, Macrón será recibido de forma oficial por el presidente de la Asamblea Nacional, Zhang Deijang, y el primer ministro, Li Keqiang, en el Palacio del Pueblo, donde se producirá la firma de acuerdos y contratos bilaterales, además una declaración conjunta donde podrían rubricar esa alianza bilateral. Uno de los temas principales de la visita del presidente francés es el comercio, que Macron quiere reequilibrar para reducir el déficit comercial de 30.000 millones de euros respecto al gigante asiático. Además, reiterará su propuesta para una apertura mutua de mercados entre China y la UE. Además del comercio y el impulso de las infraestructuras, Macron busca reforzar su colaboración con el gobierno chino en la lucha antiterrorista y en el desarrollo de energías renovables en África, donde Francia y China compiten y comparten intereses. Mientras, otro tema espinoso, el de los derechos humanos en China, podría verse relegado de la agenda oficial. Tras esta visita a China, Macron iniciará el próximo día 18 su primer viaje oficial a Reino Unido, donde será recibido por la primera ministra, Theresa May, en el seno de la 35ª Cumbre Bilateral. Esta reunión, que suele centrarse en defensa y lucha antiterrorista, se dedicará a la inminente segunda ronda de negociaciones sobre el Brexit. Todo ello, después de la accidentada reunión entre Macron y Erdogan el pasado viernes en la sede del Gobierno francés, de la que el mandatario turco salió visiblemente contrariado tras recibir una negativa definitiva por parte del líder galo a su posible entrada a la UE. Además, Macron pidió a Erdogan que se replantee su intento de adhesión al bloque comunitario, proponiéndole como alternativa un acuerdo de asociación de menor calado. “Los recientes acontecimientos en Turquía no permiten avances”, aseguró Macron, que criticó abiertamente la deriva represiva de Erdogan, que ha conducido a más de 50.000 detenciones y 140.000 despidos e inhabilitaciones por sospechas de golpismo.