Extorsión, dificultades administrativas y conflictividad social. Son las principales pegas que los inversores suelen poner cuando se les plantea la posibilidad de invertir en países como Marruecos, una economía que a pesar de crecer a un ritmo del 4%, presenta algunos puntos débiles que pueden ‘tapar’ las grandes oportunidades que esconde el país magrebí para […]
Dirigentes Digital
| 01 sep 2014
Extorsión, dificultades administrativas y conflictividad social. Son las principales pegas que los inversores suelen poner cuando se les plantea la posibilidad de invertir en países como Marruecos, una economía que a pesar de crecer a un ritmo del 4%, presenta algunos puntos débiles que pueden ‘tapar’ las grandes oportunidades que esconde el país magrebí para las carteras.
Estos puntos débiles han sido analizados por Malek Bou-Diab, Gestor del fondo BB African Opportunities de Bellevue Asset Management, tras su último viaje al norte de África para explorar las oportunidades de inversión en estos países. A su juicio, el experto considera que "soplan nuevos vientos para la economía marroquí", aunque destaca los principales retos que el país debe superar para resultar más atractivo a los inversores.
En primer lugar, desde la gestora dibuja un contexto en el que "los flujos de inversión de Europa han remitido, las llegadas de turistas han disminuido y las remesas de los ciudadanos marroquíes que trabajan en la Unión Europea (UE) han caído". Bou-Diab asegura que el tratado de libre comercio negociado con la UE también está causando algunos problemas al país, "pues permite que empresas agrícolas y constructoras de España y Portugal pasen a la ofensiva y comercialicen sus productos y servicios en Marruecos. Ahora, por ejemplo, el aceite de oliva español se vende en Marruecos con una subvención de la UE de un euro por litro".
Para combatir esta situación, Marruecos trata de reducir su dependencia de la UE y aumentar sus exportaciones a otras regiones. Por ejemplo, ha intensificado el comercio con sus vecinos de crecimiento rápido del África occidental francófona. "Los estados del Golfo Pérsico también han invertido más en Marruecos, lo que ha compensado parcialmente el descenso de los flujos de entradas de inversión procedentes de la UE. Todos consideran, justificadamente, que Marruecos es un buen socio comercial", asegura el experto.
Como aspecto positivo, también señalan las reformas estructurales llevadas a cabo por el Gobierno marroquí, como la decisión de reducir las subvenciones al combustible y destinar ese ahorro a infraestructuras. "Están en marcha numerosos proyectos de construcción, como, por ejemplo, proyectos de vivienda social. Después de 20 años de intentarlo en vano, por fin parece que Marruecos ha encontrado un modelo viable para proporcionar viviendas asequibles", explican desde Bellevue.
Además del inmobiliario, entre las oportunidades de inversión detectadas el gestor destaca el papel del sector bancario, muy eficiente en el país gracias a una serie de reformas introducidas hace una década. "Ahora, los bancos marroquíes esperan aprovechar su ventaja para entrar en otros países francófonos como Senegal y Costa de Marfil", explican desde la gestora. El Attijariwafa Bank (ponderación del 2,7% en la cartera del fondo que gestiona) "genera más del 20% de sus ingresos en África occidental y se beneficia de las tasas de crecimiento más rápidas que ofrecen estos países muy poco bancarizados".
Por último, Bou Diab también ve oportunidades en la privatización de empresas públicas en el sector de bienes de consumo. Lesieur Cristal es una de sus favoritas. Hace dos años el gobierno incorporó a un inversor estratégico francés que inyectó nueva vida a la empresa y la centró en las necesidades reales del mercado. "Hoy en día, Lesieur Cristal produce diferentes tipos de aceite de distintas categorías de calidad para diferentes segmentos del mercado. Un nuevo jabón que se ha convertido en un producto maravilla multiuso muy popular entre la población más pobre, y también podría venderse muy bien en los países vecinos del sur".
En este momento, Marruecos representa el 7% de la cartera total del BB African Opportunities Fund y se han realizado inversiones en los sectores de banca, inmobiliario, industrial y de telecomunicaciones. El fondo ha prolongado su trayectoria con una rentabilidad anual en lo que va de año del 10% a cierre de julio. Se trata de un vehículo "para inversores experimentados en mercados emergentes que buscan diversificación y crecimiento".