En su época, era un reloj con mucha clase, diferente. Su caja con forma de cojín se inspiró en un modelo de 1925. Este cronógrafo completamente negro, equipado con pulsómetro (para medir el ritmo cardíaco), escala taquimétrica (que transforma un tiempo en velocidad) y agujas y contadores rojos como alusión al mundo de las carreras, […]
Dirigentes Digital
| 15 nov 2016
En su época, era un reloj con mucha clase, diferente. Su caja con forma de cojín se inspiró en un modelo de 1925. Este cronógrafo completamente negro, equipado con pulsómetro (para medir el ritmo cardíaco), escala taquimétrica (que transforma un tiempo en velocidad) y agujas y contadores rojos como alusión al mundo de las carreras, tenía un diseño nuevo que contribuyó a forjar la historia que ahora conocemos. Los relojes icónicos no pasan de moda Ahora se vuelve a los orígenes: la reedición de 2016 recupera las dos funciones clave del reloj con el pulsómetro y la escala taquimétrica (ausentes en las anteriores reediciones), y con el mismo tipo de letra original. Naturalmente, llama la atención la famosa caja con forma de cojín original, completamente negra, igual que en el modelo histórico, con las agujas de las horas y los minutos lacadas en negro y blanco, como en el original. Esto también es aplicable a los índices con SuperLuminova ™ de color anaranjado vintage. Lo mismo ocurre con el logotipo histórico Heuer en la esfera, que ahora indica su pertenencia a la colección histórica de la manufactura. La caja, nexo de unión entre el pasado y el presente, se fabrica actualmente con titanio grado 5 (antes era de acero), con lo que resulta más ligera y resistente a los golpes. El material está tratado con carburo de titanio, lo que le proporciona ese aspecto negro mate intenso. También se ha ampliado el diámetro (de los escasos 39 mm de la época se pasa ahora a 42 mm, lo que le da un aire más masculino y actual). Está equipado con una pulsera «super racing» de piel de becerro negra con pespunte que reproduce el diseño de los volantes con tres radios de los coches de la época. En el interior, presenta el calibre automático 17, cronógrafo con los dos contadores cronógrafos en las 3 horas y las 9 horas no muy cerca uno de otro para realzar la armonía general de la esfera. El fondo está enroscado, con el famoso logotipo histórico Heuer grabado, con lacado rojo, y numerado. Por último, el Heuer Monza de época es una pieza codiciada por los coleccionistas, ya que ha tenido muy pocas reediciones. Este modelo, que celebra sus 40 años, marcará un hito indudable en la historia de la manufactura y su herencia, ya que refleja con gran fidelidad el espíritu original.