La evolución de la digitalización es un hecho transversal que cada vez se extiende a más ámbitos de la sociedad y la economía. En este contexto, las monedas virtuales han ido haciéndose fuertes y transformando la manera en la que los ciudadanos realizamos nuestras transacciones financieras.
En este sentido y ante la gran aparición de criptomonedas, la Unión Europea está desarrollando el euro digital, que aparece como una moneda respaldada por la institución monetaria, para adaptarse a estos avances tecnológicos y no quedarse rezagada.
El euro digital nace con la intención de impulsar la inclusión financiera, agilizar operaciones y mantener la estabilidad del sistema financiero. En la actualidad, se trata de un tema de interés para las economías y para todos los agentes que forman parte de ellas.
Según indica el Banco Central Europeo, el euro digital es un medio de pago que podría utilizarse con seguridad dentro de la zona euro, igual que se realizan los pagos con el dinero en efectivo.
El euro digital, según el BCE, se inició con una fase de investigación en octubre de 2021 y se espera que siga en esta situación hasta octubre del 2023.
¿Por qué se plantea el euro digital?
Según señala Darío García, analista de XTB, el BCE “quiere entrar en un mercado cuyo ámbito de actuación está fuera del marco del dinero fiduciario que conocemos tradicionalmente”.
Según indica el profesor del EAE Business School, Eduardo Irastorza, la voluntad de poner en marcha el euro digital responde a la intención de “facilitar la vida a los ciudadanos” ya que se trata de un sistema de pago “más seguro”, al evitar tener que llevar dinero en efectivo.
Sin embargo, el profesor advierte que existen otros intereses de las autoridades como “el control de los pagos que se realizan”, lo que genera “ciertas reticencias” entre muchas personas.
Con la emisión de este activo digital, el BCE puede “hacer un seguimiento de todas las transacciones digitales que se pueden hacer” utilizando este medio de pago, añade García. Es un modelo de pago que “complementa a las monedas y billetes físicos”, pero que también elimina “el factor anónimo”, de cualquier transacción monetaria, explica el analista de XTB.
Los beneficios del euro digital, para Rafael Ojeda, serán facilitar las transacciones comerciales a través de las redes o la tockenización, así como controlar el pago de impuestos entre otros beneficios fiscales, ya que es más sencillo contar con la información y rastrear a las personas. Mientras que el principal inconveniente serán las personas más mayores “que se quedarán atrás”.
En cuanto a la posibilidad de acabar con la economía sumergida, mediante la extensión de transacciones digitales, el profesor de EAE Business School, considera que lo evitará para la mayoría de ciudadanos, pero que aquellos que cuenten con grandes fortunas y el asesoramiento de expertos internacionales seguirán encontrando fórmulas para no ser penalizados.
El profesor de EAE encuentra beneficios en cuanto a que, con el euro digital, la sociedad europea, donde existe un envejecimiento de la población, podrá realizar sus pagos de una forma más práctica o recibir su pensión, pero afirma que no se trata de un nuevo elemento financiero que cuente con ventajas que supongan una mejora, salvo la dimensión de control y de gestión del valor de esa divisa por parte de los gobiernos.
¿Competirá contra los criptoactivos?
Darío García, de XTB, explica que “tiene el potencial de ser aceptado por los consumidores e inversores” y es “positivo” para las principales criptomonedas, que a diferencia del euro digital que “no tiene límite de emisión”, generará un “valor temporal en criptoactivos con una emisión limitada”.
Irastorza considera que “no se trata de una competencia hacia las criptomonedas”, ya que estas “tienen un valor que les otorgan sus usuarios y sus fluctuaciones”, mientras que el euro digital tendría que responder a la cotización oficial de la moneda euro en Europa.
Además, las criptodivisas “no dejan huella”, mientras que el Euro digital sí, por lo que los pagos que los ciudadanos no quieren revelar, seguirán haciéndose a través de las criptomonedas.
En el lado contrario, Ojeda considera que el Euro digital “afectará” a las criptomonedas, aunque será en un porcentaje del “20% o 30%”, ya que aquellos que quieran “especular”, seguirán teniendo criptomonedas. Sin embargo, supondrá competencia para las criptomonedas ya que habrá personas que decidan tener euro digital en lugar de criptomonedas, aunque estas no dejarán de existir en ningún caso.
¿Cuándo podría implantarse?
Rafael Ojeda, analista macro de Fortage Funds, considera que es “complicado” saber en qué plazos se producirá el desarrollo del euro digital, ya que el sistema necesita algoritmos y sistemas de seguridad férreos, lo que está llevando a que los pasos sean lentos y “muy consensuados”.
“El Euro digital es una realidad evidente pero que va a ir a un ritmo más sosegado de lo que podamos imaginarnos”, añade Ojeda, y predice que en una década podría estar implantado.
El profesor de EAE Business School, considera que el dólar digital lleva ventaja en su posibilidad de implementación con respecto al euro digital y es más factible que se ponga en marcha en el corto plazo ya que carece de la necesidad de poner de acuerdo a los distintos gobiernos de la zona euro. En el caso de EEUU, solo la Reserva Federal tendría que tomar esta decisión, sin necesidad de consenso.
El analista de Fortage Funds explica que los estados quieren “eliminar” el dinero físico, aunque han advertido que no será total ya que contamos con una gran brecha digital entre los más jóvenes y los ciudadanos de edades avanzadas.
Eduardo Irastorza, de EAE, afirma que, aunque la comunidad económica sostiene que el Euro digital no va a desplazar al dinero físico, en un plazo corto esto cambiará ya que por razones “ecológicas” tratarán de suprimirlo, al ser su versión digital más sostenible, lo que el profesor encuentra como algo “negativo”.
2023-07-07 05:00:01