El último proyecto de Mango en materia de sostenibilidad es un nuevo modelo de sandalias diseñado y producido de forma artesanal a partir de material reciclado. La firma ha desarrollado este calzado de venta exclusiva online en colaboración con Castell, la estirpe menorquina de artesanos conocida por la fabricación de alpargatas y zapatos tradicionales de […]
Dirigentes Digital
| 26 jun 2020
El último proyecto de Mango en materia de sostenibilidad es un nuevo modelo de sandalias diseñado y producido de forma artesanal a partir de material reciclado. La firma ha desarrollado este calzado de venta exclusiva online en colaboración con Castell, la estirpe menorquina de artesanos conocida por la fabricación de alpargatas y zapatos tradicionales de la isla.
Elaboradas a partir de piel de serraje y de neumáticos reciclados, evitando así la contaminación derivada de su quema, esta propuesta estival ha sido confeccionada a mano en Menorca, enfatizando el espíritu mediterráneo y el sentimiento de comunidad que ambas marcas comparten. Su particular corte, cosido y montaje hacen que cada sandalia se convierta en un calzado único que ofrece una nueva oportunidad a un material ya existente.
La reutilización de prendas o materiales para darles una nueva vida es una de las iniciativas que Mango ha puesto en marcha en su compromiso con el medio ambiente y la mejora de la cadena de suministro en la industria. El pasado mes de abril la marca lanzó la primera colección cápsula basada en la economía circular, compuesta por fibras recicladas obtenidas a partir de más de 32 toneladas de ropa recogidas en tiendas mediante el proyecto Second Chances. La reciente campaña “Life in Bloom”, con la que Mango lanzaba un mensaje de optimismo al mundo para devolver el tono de entusiasmo al contexto actual, contribuía también a este cometido global con una selección de prendas para mujer 100% sostenibles.
Todos estos diseños, calificados como “Committed”, forman parte de la colección permanente de Mango con la que la firma espera aumentar hasta el 50% del uso de poliéster reciclado en el 2025 y lograr que de cara al 2030 el 100% de las fibras celulósicas utilizadas sean de origen controlado.