Existe un secreto bien guardado muy cerca de nosotros. Se llama Beira Baixa y es uno de los territorios portugueses, limítrofes con España, ideal para una escapada perfecta al país hermano. Está a menos de dos horas de Cáceres y a menos de cuatros horas de Madrid. Un viaje rápido que, con total garantía, valdrá […]
Dirigentes Digital
| 14 jul 2022
Existe un secreto bien guardado muy cerca de nosotros. Se llama Beira Baixa y es uno de los territorios portugueses, limítrofes con España, ideal para una escapada perfecta al país hermano. Está a menos de dos horas de Cáceres y a menos de cuatros horas de Madrid. Un viaje rápido que, con total garantía, valdrá la pena. Aquí el viajero encontrará refrescantes playas fluviales, impresionantes paisajes y la mejor gastronomía. ¡Toma lápiz y papel y empieza a preparar tu equipaje!
Beira Baixa es una de las puertas de entrada a Portugal. Comprende un total de seis municipios: Castelo Branco, Idanha-a-Nova, Oleiros, Penamacor, Proença-a-Nova y Vila Velha de Ródão, que tienen en común la buena gastronomía y su hospitalidad. En Beira Baixa las puertas están siempre abiertas a los visitantes y nada más llegar te sentirás como en casa. Una visita a Beira Baixa incluye siempre un buen puñado de gratas sorpresas, ya que en este territorio portugués reina una magia que mezcla silencio y vibración, belleza natural y belleza que fue moldeada por el hombre para ser perfección. Aquí encontrarás también todo lo necesario para un verano refrescante y en el silencio, sumergido en la música de la naturaleza, hallarás un merecido descanso.
Playas fluviales y piscinas naturales para escoger En verano, las playas fluviales son uno de los grandes atractivos de Beira Baixa. En todos sus municipios encontramos playas fluviales, piscinas naturales o espacios para disfrutar del agua con excelentes instalaciones y equipamiento, para todos los gustos y edades. Estos son 6 lugares para nadar y refrescarse en Beira Baixa:
Playa fluvial de Sesmo – Castelo Branco. Ubicada en la hermosa localidad de Sesmo, en el extremo occidental del municipio de Castelo Branco, cerca de la Aldea de Pizarra de Sarzedas, esta playa está rodeada de colinas y valles característicos de la zona de Pinhal Interior.
Balneario Pego – Idanha-a-Nova. En Penha Garcia, la naturaleza y la aventura se mezclan con la historia. Enclavada en un paisaje único, con agua de excelente calidad, la piscina está rodeada de estratos fósiles de 480 millones de años de antigüedad. Formado por un azud, está ubicado en el Parque Icnológico de Penha García.
Playa fluvial de Cambas – Oleiros. Aquí encontrarás un escenario perfecto en tonos verdes. La Praia Fluvial de Cambas se destaca por la pureza del río Zêzere, con una cascada que es sinónimo de belleza y frescura. Cuenta con excelentes infraestructuras para la práctica de deportes, como el fútbol y el voley playa, así como las actividades náuticas.
Balneario Meimão – Penamacor. Con el telón de fondo de la Reserva Natural de la Serra da Malcata, la playa destaca por sus hermosos paisajes, que le otorgan su identidad única. Con una piscina flotante, ubicada en medio de la presa del río Meimoa, es uno de los lugares perfectos para refrescarse y descansar en Beira Baixa.
Pueblo de Ruiva – Proença-a-Nova. En Ribeira de Isna hay otro tesoro escondido por descubrir tras una visita a la Aldeia do Xisto (Aldea de Pizarra) de Aldeia Ruiva. Además de su belleza paisajística, cuenta con excelente infraestructura por su ubicación junto al Camping y Caravan Park.
Foz do Cobrão – Vila Velha de Ródão. A orillas del arroyo Cobrão, en la Villa de Pizarra de Foz do Cobrão y muy cerca de las Portas de Almourão –donde hay un increíble mirador- se encuentra una piscina natural que se extiende hasta el infinito y que destaca por la belleza de sus orillas y su pequeña cascada.
En Louriçal do Campo, Castelo Branco, en el corazón de la Serra da Gardunha, a más de mil metros de altitud, los paisajes hablan por sí solos. Visitaremos el embalse de Santa Águeda, contemplaremos la sucesión de montañas y colores, y nos divertiremos en el columpio gigante de Castelo Velho, que hará las delicias de toda la familia. Es un lugar 100% 'instagrameable' que incluso ofrece un tótem para colocar tu teléfono y hacerte un selfie cómodamente.
A las puertas de Monsanto, en Idanha-a-Nova, existe otro un lugar mágico desconocido por muchos: São Pedro de Vir-a-Corça. En medio del silencio, junto a enormes rocas de granito entre arbustos y alcornoques, se encuentra la Capilla de São Pedro de Vir-a-Corça, que parece literalmente sacada de una leyenda. Se trata de un magnífico templo románico de impactante belleza, con un campanario de arco perfecto encastrado en la roca. El lugar es bucólico y lleno de pequeños rincones para fotografiar. En esta zona también encontraremos un conjunto de fuentes milenarias para detenerse a escuchar el murmullo del agua. Si acudimos de noche, disfrutaremos de un espectacular cielo estrellado.
Y hablando de paisajes impresionantes, destaca como obligada la panorámica desde el Miradouro do Cabeço do Mosqueiro, en Oleiros. Es el lugar perfecto para disfrutar de un picnic y contemplar una impresionante puesta de sol. Aquí comienza el Passadiços do Orvalho, un recorrido por la naturaleza jalonado de pequeñas maravillas, como la cascada Fraga da Água d'Alta y la Lagoa das Lontras, espacios ambos ideales para detenerse y disfrutar de la sombra, de la vegetación y, por qué no, de un baño refrescante en plena naturaleza.
En efecto, en verano, nada mejor que un picnic para saborear esas largas tardes en las que el descanso es la palabra anhelada. En Penamacor, en la Serra da Malcata, te esperan una alfombra verde, colores y armonía con una riquísima biodiversidad. Pintada de verde y con una brisa que susurra y nos inspira, Serra das Talhadas, en Proença-a-Nova, es un auténtico tesoro por descubrir. Sube a la torre de estructura metálica de 16 metros de altura obra del arquitecto Siza Vieira y déjate encantar por los contrastes del paisaje. Estamos en un destino apto para los más aventureros, que podrán recorrer la Vía Ferrata da Serra das Talhadas, la más larga de Portugal, con unos 2.190 metros, transitar los senderos de MTB enduro y hacer uso de una rampa habilitada para practicar parapente.
Muy cerca, no dejes de pasear por la Aldea de Pizarra de Figueira, para perderte entre tesoros, recuerdos y sabores. En verano, los rayos del sol aportan un brillo mágico a las casitas de pizarra. No lejos de allí hay otros paisajes que hipnotizan, como el Monumento Natural Portas de Rodão, en Vila Velha de Ródão. Es fácil deslumbrarse con el paisaje cuando el Tajo es protagonista y una buena idea será descubrirlo durante un paseo en barco. Otra experiencia cargada de leyendas aguarda en el mirador junto al Castillo de Rei Wamba.
Los lugares extraordinarios que el viajero descubre en Beira Baixa le llenan los ojos, pero la cocina tradicional reconfortará su alma. Nada mejor que esas comidas preparadas a fuego lento, a la mesa de amigos y familiares que, entre risas y animadas conversaciones, degustan los platos más tradicionales que han pasado de generación en generación y que nos llegan con el mismo sabor de siempre. Imprescindible probar el maranho y el plangaio, el famoso cabrito estonado y, como un dulce para finalizar siempre va bien, se impone escoger entre la tigelada o la papilla de carolo. Todo ello sin olvidar, por supuesto, brindar con los mejores vinos de Beira Baixa.
Por todo esto y mucho más, realmente vale la pena descubrir este mágico destino a un paso de nuestra tierra: Beira Baixa: ¡donde nacen el sol y la felicidad!