La historia de las Bodegas Hnos. Pérez Pascuas se podría resumir en tres pilares: tradición, trabajo y respecto por la tierra. Cuando hace más de cuatro décadas, la tendencia era arrancar vides para sustituirlas por campos de cereal, debido a que el valor del trigo y la cebada multiplicaban al de la uva, Mauro Pérez […]
Dirigentes Digital
| 13 dic 2022
La historia de las Bodegas Hnos. Pérez Pascuas se podría resumir en tres pilares: tradición, trabajo y respecto por la tierra. Cuando hace más de cuatro décadas, la tendencia era arrancar vides para sustituirlas por campos de cereal, debido a que el valor del trigo y la cebada multiplicaban al de la uva, Mauro Pérez se resistió y logró transmitir a sus hijos el respeto a la tierra, su pasión por el vino y el gusto por el trabajo bien hecho. Prueba de ello es que años más tarde, en 1980, sus descendientes fundaron su propia bodega en la localidad burgalesa de Pedrosa de Duero, gracias a las 17 hectáreas que el patriarca había dejado a su familia.
Poco tiempo después, en 1982, los Hnos. Pérez Pascuas se unieron a otras pocas bodegas y cooperativas de la zona para fundar el Consejo Regulador de la Ribera del Duero, una iniciativa para crear una denominación propia que acogiese sus vinos.
En la actualidad, Bodegas Hnos. Pérez Pascuas está constituida por 124 hectáreas de viñedo localizadas en los alrededores de la bodega, en pleno corazón de la Ribera del Duero. Sus suelos son arcillo calcáreos y alternan zonas franco-arenosas, situadas a una altitud de más de 840 metros sobre el nivel del mar.
Según explican, su firme objetivo reside en reflejar la identidad de su territorio en sus vinos, para lo que elevan los niveles de biodiversidad a través de una viticultura tradicional, responsable, sostenible y respetuosa. De hecho, el elemento que caracteriza sus vinos reside en su apuesta por la calidad y cuidado al detalle, elaborando únicamente tintos de guarda: crianzas, reservas y grandes reservas.
¿Y cómo consiguen la máxima calidad de sus vinos? Controlan la producción por hectárea de sus viñedos en vaso buscando bajos rendimientos. Así, después de un riguroso trabajo a lo largo de todo el año, cuando llega el otoño, la Tinto Fino es vendimiada de forma manual en el momento óptimo de maduración. Además, para forjar la personalidad de sus vinos, tras una maceración y fermentación controladas, la crianza se desarrolla en barricas nuevas de roble francés y americano, lo que proporciona al producto carisma y carácter, consiguiendo la perfecta armonía fruta-madera. De este modo, tras varios años de reposo en botella, sus elaboraciones alcanzan la máxima expresión de la Tinto Fino.
Respeto al terruño, investigación, esfuerzo e ilusión han dado como resultado vinos de gran calidad, reconocidos en todo el mundo, pero también, una importante regularidad año tras año. Desde sus comienzos se apostó por la distribución e importación para llevar a cabo la comercialización de sus vinos con el que han conseguido estar presentes hoy en día en todo el territorio nacional y cerca de 50 países.
Por su parte, Bodegas Hnos. Pérez Pascuas cuenta con una producción anual de alrededor de 600.000 botellas que se reparte entre sus seis referencias: Cepa Gavilán Crianza, Viña Pedrosa Crianza, Finca La Navilla, Viña Pedrosa Reserva, Viña Pedrosa Gran Reserva y Pérez Pascuas Gran Selección.