Cuando la fruta gana a la madera en un Rioja

En España hay más de 4.000 bodegas que producen vino. En un país con tanta competencia y calidad, es importante remarcar ese punto diferenciador que hace que una marca destaque más que otras. Cuando pensamos en la D.O. Rioja, nos vienen a la cabeza recuerdos de maderas, de largas crianza que potenciaban la presencia de la barrica. La historia cambia si pensamos en Ramón Bilbao que, aunque respeta esa tradición del Rioja, pretende “que la fruta sea lo que prime siempre, es decir, preservar el carácter de las variedades de frutas y que la madera de barrica sea sólo un marco para presentar el vino y hacer que la fruta hable por sí sola”.

Camilo Mejía es brand ambassador de estas bodegas y también ha explicado a Dirigentes cuál es el punto más importante para que Ramón Bilbao tenga la personalidad que le ha convertido en una de las bodegas más reconocidas con D.O. Rioja. Insiste en el mimo que le dan a la protagonista de cada una de sus botellas, “la fruta que llega a bodega ha sido muy cuidada y seleccionada en campo y en bodega. Luego se elabora según la tradición del Rioja pero consiguiendo que la fruta sea lo que más gana en el vino”.

Una bodega casi centenaria tiene que esforzarse el doble por no quedarse atrás. Esta bodega tiene claro que por mucha promoción que se haga de una marca o por bonitas que sean sus etiquetas, si el contenido de cada botella no tiene buena calidad, la partida está acabada. En este caso, cuenta Camilo, que “la visibilidad de la marca como tal ha tenido mucho que ver porque hay una historia detrás, una narración, un sentido… Se trata de jugar con eso y de transportar todo lo que puede ser la filosofía de la elaboración hacia un mensaje un poco más claro, con el que puedas crear una historia”.