La temporada invernal se presenta agridulce, nos dice el presidente de los hoteleros españoles, Jorge Marichal, con la vista puesta en lo que pueda pasar en verano, ante el “efecto cava” en el turismo, un sector para el que pide más compromiso de las administraciones públicas, con más inversiones en infraestructuras e incluso un ministerio […]
Dirigentes Digital
| 16 dic 2022
La temporada invernal se presenta agridulce, nos dice el presidente de los hoteleros españoles, Jorge Marichal, con la vista puesta en lo que pueda pasar en verano, ante el “efecto cava” en el turismo, un sector para el que pide más compromiso de las administraciones públicas, con más inversiones en infraestructuras e incluso un ministerio para un sector que representa más del 12% del PIB español.
La temporada de invierno se presenta de una manera agridulce. El dulce lo pone el aspecto comercial en el que tenemos unas muy buenas perspectivas no solamente de lo que hemos visto durante este otoño, sino también de lo que tenemos in house para estos meses de invierno, con destino que está tirando muy bien, como el destino Canarias, aunque todo el territorio nacional se está comportando bien.
Nos falta saber qué va a pasar con la temporada de nieve, pero esperemos que ya se ha visto que hay algunas estaciones que están abiertas y van abriendo poco a poco, y esperemos que tengamos también buena temporada.
El agrio lo traen la inflación y el incremento escalonado de costes que estamos teniendo de una manera geométrica. Estamos contentos porque estamos vendiendo, estamos haciendo bien, estamos haciendo una buena tarifa, estamos teniendo unas buenas ocupaciones, unas buenas estancias medias; prácticamente igual que antes de la pandemia.
El problema es que vemos como, los costes se están multiplicando e incrementando entre un 20 y un 30%, lo cual hace que no podamos llegar, ni por asomo, a los números que teníamos prepandemia y nos estamos viendo abocados a que, la inflación está llegando a todos los bienes y servicios y nos estamos viendo dirigidos a la pérdida de rentabilidad del sector.
Estamos todos con la vista puesta en qué va a pasar en verano. Precisamente por esos temas de inflación que estamos viendo. Ahora mismo, después del Covid, sigue existiendo un cierto ánimo, la gente quiere disfrutar y quien más y quien menos ha podido ahorrar porque no se han hecho viajes durante dos años y no se han hecho, por así decirlo, demasiados gastos.
En ocio, sobre todo, no se ha podido invertir todo lo que se hubiese querido. Esos dineros parece que estaban ahí ahorrados y estamos asistiendo a una especie de “efecto de champán”, con buena situación, “efecto cava” en nuestro país, y de lo que estamos pendientes de ver hasta cuándo va a durar todo esto.
Yo siempre digo que la gente tiene ganas de bailar y lo único es que a ver hasta cuándo va a poder haber música, en el momento que se acabe la batería y la música se pare, la gente no podrá seguir bailando y la batería en este caso, en todos los indicadores macroeconómicos, nos están diciendo que estamos ya en algunos países, en los principales emisores nuestros en recesión, y eso no es bueno. A ver qué puede más, si las ganas, la necesidad de salir sin necesidad de salir o la recesión económica.
También es verdad que parecía que venía en verano, la recesión parecía que venía en otoño, la recesión no ha llegado y luego que venía en invierno, y ahora los datos siguen siendo buenos. El que sepa qué es lo que está pasando que nos lo diga, porque sinceramente los más ortodoxos no pueden pensar que esto es un comportamiento normal.
El sector lo que necesita es seguridad, sobre todo en el aspecto de la inversión. Las administraciones públicas no pueden seguir pensando en que este sector va a seguir tirando siempre la economía española, y siendo “la niña fea”. Yo creo que el sector turístico necesita que los políticos sean valientes, que inviertan lo que tienen que invertir, no solamente en promoción, sino también en infraestructuras.
Se trata de un aspecto muy importante, estamos hablando de las capacidades digitales, y eso es fundamental, importantísimo. Se ha visto con el Covid que tenemos que trabajar muchísimo en eso para no quedarnos atrás, pero debemos tener una cosa clara también. Que los turistas también utilizan mucho, son intensivos también en el uso de las infraestructuras. Por lo tanto, los destinos turísticos españoles tienen que llevar una inversión consecuente a la rentabilidad que da por parte de las Administraciones Públicas, y eso llevamos muchísimos años en que esto no se produce.
En los ayuntamientos, en los cabildos, en las diputaciones, en las Comunidades Autónomas tienden a invertir allá donde tienen los caladeros de votos. Los turistas todavía no votan, pero sí los turistas hacen que pueda haber población para que puedan votar.
De esta forma, tenemos que pedir a los responsables públicos que hagan una inversión justa con respecto a lo que este sector aporta a la economía nacional y desde luego, dos millones de empleos no son una tontería, en los cientos de miles de empresas que giran alrededor del entorno turístico no son tonterías, y, por lo tanto, nos sentimos siempre un poco huérfanos.
Nosotros siempre pedimos …Y para cuando un ministerio de Turismo ¿no? Nos ponen con Industria, lo que está muy bien. No por tener un ministerio, sino porque tengamos un ente, al que podamos dirigirnos a pesar de que las competencias estén delegadas.
Sería muy importante en este país como elemento vertebrador de las diferentes Comunidades Autónomas que tuviésemos, por así decirlo, un presupuesto importante de verdad, dentro de un área como es la turística. Que no solamente tenga que ver con la promoción, ya digo que está muy bien la marca país, está muy bien el trabajo hecho durante mucho tiempo.
Somos muy buenos en esto, pero ojo, porque tenemos que reforzar la inversión pública que no se está haciendo o desde nuestro punto de vista, no se está haciendo lo suficiente en los destinos turísticos, donde sí la parte privada, la parte hotelera, la parte de ocio, la parte de restauración está haciendo inversiones cuantiosas, pero luego es una lástima que sales a la puerta del hotel y no acompaña el resto del paisaje con las inversiones que está haciendo por parte del sector privado.