Referirse a la salud mental como una moda es banalizar sobre un problema que afecta a miles de personas en todo el mundo. Ha sido tratado durante años como un tabú o una enfermedad sin importancia. Por suerte, hoy en día resulta cada más frecuente visitar un especialista en psicología para sanar la mente y […]
Dirigentes Digital
| 10 oct 2022
Referirse a la salud mental como una moda es banalizar sobre un problema que afecta a miles de personas en todo el mundo. Ha sido tratado durante años como un tabú o una enfermedad sin importancia. Por suerte, hoy en día resulta cada más frecuente visitar un especialista en psicología para sanar la mente y apostar por un estado de bienestar que, en ocasiones, resulta vital para continuar con las actividades más cotidianas.
Evolucionar no solo implica apostar por la más sofisticada tecnología o las smart cities. También significa mejorar en aspectos que, no hace tanto tiempo, adquirían una importancia nula y hasta resultaba vergonzoso tratar el tema. El mejor ejemplo está en la salud mental, aquel estado que hace mantener el equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural, incluyendo el bienestar emocional, psicológico y social. Entonces, ¿qué es lo que ha llevado al ser humano a renegar de un problema que, históricamente, ha afectado a tantas personas?
La cultura, religión, sociedad o una mezcla explosiva de todos estos factores han influido estrechamente en la evolución de la salud mental. Según la Organización Mundial de la Salud, no fue hasta mediados del siglo pasado, en 1940, tras un periodo de guerras cuando se dio valor a la importancia que tiene el cuidado de la mente. Incluso décadas después, comenzado ya el actual siglo, hablar sin tapujos de una enfermedad mental, en su amplio sentido del concepto, resultaba abrumador. En 2018, según datos recopilados por el Defensor del Pueblo, en la sanidad pública de España había 6 psicólogos por cada 100.000 ciudadanos.
El temor a ser rechazados en sociedad es algo que ha acompañado a la humanidad. Da igual la edad o madurez que se tenga, formar parte de un grupo para sentir que ‘se encaja’ siempre ha generado cierta desconfianza en uno mismo. Es una de las principales razones por las que hablar abiertamente de un problema de salud mental no era lo común en la civilización.
Estigmatizar la salud mental ha resultado ser un craso error, pero ¿por qué ahora el hablar abiertamente de ello es beneficioso? ¿A qué se debe la “tendencia” de acudir a terapia? ¿Se necesita ahora más que antes ir al psicólogo?
Cierto es que, tras el estallido de la pandemia mundial, más personas comenzaron a acudir a terapia con frecuencia. En muchos casos, haciendo uso de la sanidad pública a través de video llamadas ante el estrés que les generaba la incertidumbre. Sin embargo, es una tendencia que se ha mantenido al alza, ayudando a miles de personas que están comprobando cómo con la ayuda de un profesional y la sesión adecuada, pueden superar una crisis de verdadera angustia.
No se trata de tener un tipo u otro de personalidad; se trata de asumir que existe un problema y normalizar una situación que afecta a demasiadas personas, de dar voz a una enfermedad que paulatinamente va tomando fuerza en las políticas de gobierno y empresas para luchar contra ella. Y sí, guste más o menos, que personalidades de la vida pública hablen sin tapujos de ello, que cada vez haya más medidas que protejan a las personas que lo sufren o que con frecuencia se presenten estudios y libros tratando un tema que atañe a la sociedad, resulta en un beneficio común.
Ya sea por estrés laboral o por circunstancias personales, sentirse vulnerable en un ámbito tan cotidiano como resulta el laboral, agrava la situación de una persona con problemas de salud mental convirtiéndolo en una espiral. Exponerse psicosocialmente en el trabajo puede resultar un agravante en la lucha de quien padece un trastorno similar y muestra de esta preocupación, son las medidas que cada vez más compañías están tomando para paliar la situación.
Aplicar programas que apuesten por un bienestar en el marco de la empresa haciendo que a su vez mejore la productividad resulta todo un desafío en el plan de negocio. En décadas anteriores, las multinacionales más cotizadas abogaban por el bienestar físico, ahora también por el bienestar emocional.
La Unión Europea aprobaba así el programa H-Work para que los gerentes puedan evaluar los riesgos a los que sus trabajadores se enfrentan psicosocialmente y cómo afecta a su efectividad, para poder tomar medidas al respecto. Son herramientas que ayudan y benefician al conjunto de una empresa cuyo objetivo es llegar a cubrir todos los sectores, incluidas las pymes. Hacer sentir al trabajador que importa, demostrando que su bienestar es la clave de la estrategia y metodología de la compañía, es una lucha que debe ser tomada muy en cuenta.
Sin adentrarnos en temas que son exclusivamente competencia de profesionales de la salud, pero a su vez, rompiendo una lanza a favor de la influencia de personas de éxito a través de los medios de comunicación y las redes sociales, padecer un trastorno o enfermedad mental no resulta un tema de lo que no se pueda hablar.
Existen cientos de páginas web, cuentas de Instagram o Tik Tok lideradas por psicólogos y hasta comunicados de prensa de personas públicas que hablan sin tapujos de sus baches o problemas de salud mental. ¿Nos encontramos, por tanto, ante una nueva etapa de este nicho de la sanidad?
Como todo, los expertos recomiendan mesura y saber que, sin un psicoanálisis previo no es recomendable aplicar técnicas psicológicas que no siempre pueden beneficiar a la salud. No obstante, reconocen que dar visibilidad a un problema que históricamente se ha tratado con cierto pudor, está beneficiando enormemente en la lucha por una sociedad más sana.