Wolfgang Müller tenía una idea cliché de los españoles: “salen de fiesta, son más bien vagos y llegan tarde”. Después de su última visita a Madrid, el controlador de riesgos de una empresa alemana del DAX, tuvo que cambiar su opinión radicalmente: “España está ya mejor organizada que Alemania,” dice el hombre de 54 años […]
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| 06 jul 2022
Wolfgang Müller tenía una idea cliché de los españoles: “salen de fiesta, son más bien vagos y llegan tarde”. Después de su última visita a Madrid, el controlador de riesgos de una empresa alemana del DAX, tuvo que cambiar su opinión radicalmente: “España está ya mejor organizada que Alemania,” dice el hombre de 54 años viendo que, a su llegada el Terminal 4 de Barajas, esta funciona sin grandes problemas y que hay un autobús que va directamente al centro en el que ya se puede pagar con el móvil y le sorprende lo fácilmente que se puede mover con el transporte público: “El aeropuerto de Düsseldorf es un caos ahora y el transporte público funciona regular. Es culpa del Gobierno de Angela Merkel,” dice el hombre la familia.
El tan apreciado sentido de planificación alemán ha fallado durante la pandemia. En los años anteriores a esta circunstancia, la “canciller de la austeridad” se ha excedido a la hora de ahorrar y de reducir la deuda al mínimo establecido por los contratos de Maastricht. Actualmente, las carencias en infraestructuras para una población de 83 millones personas que, cada vez pasan más tiempo de vacaciones en su propio país, agravan la situación. Además, el Gobierno de Merkel ha sacado demasiado tarde la economía alemana del “modus pandemia” mimándola con ayudas estatales de todo tipo. “Ahora ya nadie quiere trabajar,” dice una alta ejecutiva del sector aéreo en Alemania. El socialdemócrata Olaf Scholz ha aprovechado la guerra en Ucrania para cambiar muchas cosas y aumentar el gasto en las redes de transporte pero tardará años en ver los resultados. Se están invirtiendo 100.000 millones de euros en las fuerzas armadas viendo el peligro del enemigo ruso, en infraestructuras ferroviarias y portuarias.
Aunque el Gobierno actual critica al sector aéreo por la falta de personal y la mala coordinación en general, es sobre todo la política la que ha fallado en los últimos años: los rescates estatales de empresas como Lufthansa y Tui no han resultado como se había deseado. El intervencionismo durante la pandemia en Alemania ha acostumbrado mal a muchos sectores clave para el país. A corto plazo, la situación "difícilmente mejorará", reconoce el jefe de Lufthansa, Carsten Spohr. La razón principal: no hay personal que quiera trabajar en handling o seguridad este verano. Contratar extranjeros en origen, como se piensa hacer con Turquía, es un proceso que tardará meses. Todos los candidatos tienen que pasar controles de seguridad que, a veces, pueden llevar muchas semanas. Aena, Iberia y Renfe no tienen estos problemas este verano, también gracias a una gestión de la pandemia diferente en su país. Estas empresas de referencia han mejorado mucho en digitalización a lo largo de la pandemia, al igual que en venta online, confortabilidad y en puntualidad. Habían retomado el negocio ya en 2021. Gracias a esto, los aeropuertos españoles cerraron con una recuperación del 43,6% del tráfico de 2019 y registraron casi 120 millones de pasajeros.
Aunque coincide con el inicio de la temporada turística de verano, los aeropuertos españoles que no se autogestionan como en Alemania se muestran mucho más resistente al estrés que los alemanes, también las líneas áreas, sobre todo Iberia. “Es una vergüenza que el grupo Lufthansa, a pesar de haber recibido miles de millones de ayudas estatales, haya reducido tanto su personal que ahora se encuentre en la situación de tener que cancelar vuelos,” dice el consultor y ex alto ejecutivo de Swiss, André Dosé. El problema de gestión y estado de Deutsche Bahn (DB), sin embargo, es de tal tamaño que tardará años en mejorar la situación en el sector ferroviario que, debido a los precios de la gasolina al alza, está cada vez más demandado. Falta infraestructura, falta organización, personal y falta digitalización. Han formado maquinistas españoles para sus servicios y contratarán en los próximos años 24.000 personas más. Dependiendo de la fluctuación, se debería lograr un aumento neto de alrededor de 4.500 a 223.500 empleados para final de año.
Mientras Renfe está bien posicionada para abordar este verano y sigue ganando puntos con un AVE que cada vez llega a más sitios y funciona también como medio de transporte para el turista, DB colapsa por falta de capacidad y una mala coordinación: “lo último ha sido lo del billete de 9 euros para viajar en tren por todo el país. Es una locura ofertar algo así cuando los trenes ya, en días normales, están llenos y muchos no encuentran sitio,” dice Müller que tiene dos coches y rara veces usa los trenes, “ahora con este caos todavía menos.” Sin embargo, el ex coronel de la OTAN Emilio Sánchez de Rojas cree que “la coordinación es nuestra gran fuerza,” dice. Esto explica, también según él, por qué tantos españoles están en altos cargos de la alianza de defensa y el hecho de que España sea diferente a Alemania. A la vez, funciona muy bien en la gestión catástrofes naturales: “Hay un muy buen entendimiento entre las diferentes fuerzas de seguridad, lo que también tiene su origen en nuestra historia, nuestra lucha unida contra Eta.” Müller estaba en Madrid cuando comenzó la cumbre de la OTAN y se sorprendió de lo bien gestionado que estuvo el sistema de evacuación de la ciudad. Tiene que reconocer que el, en su anterior opinión, “español caótico” ya no existe. Algunos españoles dicen que nunca ha existido…
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