"Quien diga eso (que la deuda argentina es insostenible) no pasaría un examen básico en la facultad", dijo el ministro de Hacienda de Argentina, Martín Guzmán, en vísperas de licitar una nueva ronda de títulos públicos y poco antes de volver a reunirse con el FMI para revisar las metas acordadas. Las declaraciones, tomadas por […]
Deuda"Quien diga eso (que la deuda argentina es insostenible) no pasaría un examen básico en la facultad", dijo el ministro de Hacienda de Argentina, Martín Guzmán, en vísperas de licitar una nueva ronda de títulos públicos y poco antes de volver a reunirse con el FMI para revisar las metas acordadas.
Las declaraciones, tomadas por la agencia de noticias oficiales Télam de una entrevista periodística local, contrastan con un diagnóstico del propio FMI que afirmó que la deuda "es sostenible, pero no con una probabilidad alta".
En marzo, Argentina llegó a un acuerdo con el organismo financiero para renegociar el pago de una deuda externa que el presidente Alberto Fernández (izquierdas) calificó varias veces de "impagable". El país recibió entonces unos 9.700 millones de dólares. Este jueves -30 de junio-, el ministro debe informar sobre cómo siguieron las cuentas en el segundo trimestre, cuando -según lo firmado- Argentina debía reducir subsidios a las tarifas de servicios públicos y alcanzar unas metas de reservas en el Banco Central.
"La política fiscal y la monetaria juegan un rol auxiliar" para que el BC logre "una acumulación de reservas más veloz", dijo Guzmán, ante los datos que indican prácticamente un agotamiento de las mismas, lo que ha motivado la emisión de bonos para obtener recursos en moneda propia.
"Las autoridades argentinas están comprometidas a implementar políticas para lograr los objetivos anuales del programa de déficit fiscal primario, financiamiento monetario y acumulación de reservas", dijo el FMI, al iniciar junio, en un comunicado técnico.
Para lograr la meta de déficit fiscal primario del 2,5% del PIB en 2022 y reducir el financiamiento monetario al 1%, las autoridades deben "reorientar el gasto público" y respaldar la acumulación de reservas de 5.800 millones de dólares este año. Tras efectivar en el primer trimestre pagos de 2018, ambas partes realizan esta semana (última de junio) una revisión del SAF (Servicio Ampliado del FMI) del segundo trimestre. De ser aprobada por el Fondo, esa actualización habilitará un desembolso de 4.000 millones de dólares.
La perspectiva de un nuevo cese de pagos se refuerza por indicadores como el comportamiento de los bonos soberanos (que se desvalorizaron un 55% desde su emisión), el riesgo país (más de 2.400 puntos, según JPMorgan) y la inflación (hasta un 72% en junio, según previsiones del mercado).
El ministro Guzmán dijo que la inflación "es el principal problema del mundo y en la Argentina es más fuerte". El FMI, sin embargo, ha minimizado el impacto de factores internacionales, aunque mantiene su advertencia sobre la inflación. Se prevé que la guerra "tenga un impacto limitado en el crecimiento y la balanza de pagos de Argentina", concluyó el organismo antes de la reunión de esta semana con las autoridades argentinas.