Hace unos días el bono español a 10 años alcanzaba el tipo más bajo de su historia, al registrar una rentabilidad del 0,85 por ciento. Un dato llamativo que se explica, según Cristina Gavín, gestora de Ibercaja Gestión, “porque hemos visto mucho flujo asiático que está entrando y que está buscando refugio y una cierta rentabilidad atractiva en el mercado de deuda soberana del viejo continente”. Pero más allá de la relevancia de los niveles en los que cotiza el bono nacional, hay tres países cuyo bono a 10 años está en terreno negativo: Alemania, Japón y Suiza, mientras que la lista se incrementa si tomamos como referencia el bono a cinco años. Ahí se añaden nombres como el de Dinamarca, Holanda, Suecia, Finlandia, Austria, Francia o Bélgica. Y la situación también se da en algunas emisiones de deuda corporativa.
Deuda en negativo en aumento
La deuda con rentabilidades negativas ha ido en aumento en este 2019 a medida que ha aumentado el pesimismo sobre el crecimiento global y se ha reafirmado la convicción de que los bancos centrales han aparcado eventuales posibles subidas de tipos de interés. Y toda la incertidumbre que rodea a los mercados, con el foco principal en la guerra comercial, ha hecho el resto.
De ahí que se hayan visto fenómenos como los bonos alemanes en niveles más bajos que los del gobierno japonés, el máximo exponente de interminables tipos de interés bajos. “Por primera vez en décadas, los bonos del gobierno alemán están rindiendo menos que sus homólogos japoneses. No solo para vencimientos cortos, sino ahora también en todo el rango”, destaca Frank Lipwoski, gestor del fondo Flossbach von Storch Bond Opportunities. Una situación puntual que no extraña a Álvaro de Liniers, responsable de desarrollo de negocio de Groupama AM para el mercado ibérico, por cuanto “los bonos alemanes son herramientas clave para los inversores a la hora de buscar protección en momentos de aversión al riesgo”. Y el entorno actual de ralentización macro, de dudas sobre las perspectivas de la inflación y de temores ante riesgos de índole política lleva a los inversores a llamar a la puerta de los bonos germanos, “lo que hace que sus yields estén en niveles bajos”, subraya.
¿Qué opciones buscar?
Si se hila fino, Cristina Gavín habla de implementar estrategias de valor relativo como abrir “un corto en deuda española ahora que está en mínimos y un largo en deuda italiana porque ha repuntado un poco” o “jugar un corto en deuda alemana apostando a que una vez que pasen las elecciones y todo se estabilice repunten algo los tipos en la locomotora de la Unión”. En todo caso, señala que el potencial de todo esto sería muy limitado.
De hecho, destaca que lo que están haciendo ahora quienes invierten en deuda soberana y pueden soportar más riesgo es ir a deuda italiana ante todo el ruido político que existe sin que hayan cambiado realmente los fundamentales. A partir de ahí, hay quien ha vuelto a mirar a Grecia e incluso a Chipre. “Son la única manera de conseguir más rentabilidad, aparte de irte ya a renta fija con mayor riesgo como el high yield o la deuda emergente”, apunta.
Una estrategia de buscar rentas en el segmento de bonos de alto rendimiento que es la que defienden ahora desde BlackRock. “El high yield global registró ventas masivas durante el último repunte de volatilidad en los mercados, al igual que otros activos de riesgo. No obstante, este acontecimiento no altera nuestro razonamiento de que resulta importante que los inversores en renta fija se expongan a esta clase de activo en un entorno en el que el carry o los ingresos por cupón se están convirtiendo en el principal catalizador de la rentabilidad de los bonos”. De ahí que aboguen por “aplicar un enfoque equilibrado y diversificado”.
Sin embargo, desde Groupama AM están favoreciendo los bonos del sector financiero frente a los de otros sectores “especialmente bonos subordinados frente a la deuda corporativa high yield”, recuerda Álvaro de Liniers. Además, deja claro que “dentro de la Renta Fija Subordinada financiera nuestra apuesta no está en los llamados CoCos o deuda AT1 sino en la deuda subordinada “vieja” también llamada Legacy. Creemos que estos bonos ofrecen mejores perspectivas de rentabilidad a corto y medio plazo, con un perfil de riesgo de crédito menor que los CoCos”, asegura.
Por su parte, Axel Botte, estratega en Ostrum Asset Management (gestora afiliada a Natixis IM), considera que “las crecientes tensiones globales todavía favorecen una posición constructiva en bonos, con un realineamiento a favor de la deuda pública española y portuguesa que tiene lugar en un momento de salida de flujos en los activos soberanos”.
2019-05-22 07:49:47