El objetivo que se marcó Repsol de alcanzar las cero emisiones netas en 2050 ya se ha dejado notar en los resultados de la compañía en 2019. A principios de diciembre la compañía anunció unos ajustes de valor contable de sus activos que alcanzan los 4.849 millones, que a fin de cuentas han supuesto unas pérdidas netas para la compañía de 3.816 millones de euros.
Las pérdidas de 2019 superan incluso a las de 2015, cuando el grupo energético anunció unos números rojos de 1.400 millones de euros. En este caso, se añade un ajuste de 837 millones de euros, relativos al arbitraje frente a la compañía china Sinopec por el proceso con Talisman.
Sin embargo, aunque se puede considerar que estas dos cuestiones son circunstanciales, lo cierto es que Repsol empeora sus resultados incluso si se excluyen los dos cargos mencionados. En concreto, el resultado neto ajustado alcanza los 2.042 millones de euros, que representa un descesno del 13% con respecto al de 2018.
La compañía que preside Antonio Brufau se excusa en que la cotización media del crudo Brent descendió un 10% con respecto a 2018, hasta los 64,2 dólares, mientras que el WTI (West Texas Intermediate) sufrió una caída aún mayor, del 12%.
No obstante, las cifras de 2019 no impiden que Repsol intente demostrar músculo con la compra del 5% del capital social, en una operación que se estima que costará alrededor de mil millones de euros. En ese sentido, hay que precisar que la retribución al accionista se mantendrá en el euro por acción, mientras que el resto se llevará a cabo por medio de la recompra.
Empresas>Resultados empresariales