El precio de tomar una decisión conlleva decantarse por una opción y renunciar a todas las demás. BBVA decidió a finales del año pasado vender su filial en Estados Unidos por 8.500 millones de euros, que generó una plusvalía neta de 580 millones de euros. Eso aportó al banco que preside Carlos Torres lo que […]
BancaDirigentes Digital
| 15 nov 2021
El precio de tomar una decisión conlleva decantarse por una opción y renunciar a todas las demás. BBVA decidió a finales del año pasado vender su filial en Estados Unidos por 8.500 millones de euros, que generó una plusvalía neta de 580 millones de euros.
Eso aportó al banco que preside Carlos Torres lo que por entonces se describió como “flexibilidad estratégica para invertir en los mercados en los que opera”. Para los dirigentes del banco de origen vasco, eso se traducía en dinero en el bolsillo para acometer una inversión.
También en noviembre de 2020, se estaba estudiando la compra del Banco Sabadell. Los nuevos fondos generados por la venta de la filial estadounidense de BBVA generaron un problema, dado que los dirigentes de la entidad catalana elevaron sus exigencias para conseguir un acuerdo.
El importe estimado para efectuar la operación superaba los 2.000 millones de euros, pero no hubo trato y Banco Sabadell decidió continuar en solitario. Los inversores aplaudieron la decisión y el valor de la acción se ha duplicado, desde los 0,40 euros del año pasado hasta los casi 0,70 euros en los que cotiza ahora.
Eso devolvió a BBVA a la casilla de salida: dinero disponible y la necesidad de invertirlo. Tal y como el propio banco mantenía, el dinero se destinaría a alguno de los mercados donde ya operaba.
Ante la posibilidad de que Carlos Torres y su equipo optaran por Turquía, el Banco de España lanzó una advertencia. La pandemia “exacerbó los desequilibrios” en la situación económica del país. El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos habló de desconfianza hacia las instituciones y de deterioro de la calidad global de los activos.
Pero BBVA ignora estos avisos y decide apostar de lleno por Turquía como mercado estratégico. Allí controla el 49,85% de Garanti BBVA y cree que el país tiene “atractivo a largo plazo”. No obstante, los dirigentes del banco admiten que existe “volatilidad en el corto plazo”.
Carlos Torres considera que “es una magnífica oportunidad para generar valor”. Según afirma Onur Genç, consejero delegado de BBVA, “la venta de la filial de Estados Unidos nos proporciona opcionalidad estratégica para, entre otros, invertir el excedente de capital generado en nuestros principales mercados”.
La entidad es actualmente el principal banco privado del país otomano y cuenta con una cuota de mercado del 20% en préstamos y del 19% en depósitos. Su rentabilidad alcanza el 19,3%, frente a la media del 15,6% de sus competidores, y el margen de crecimiento de los servicios financieros en el país representa una oportunidad, según cree BBVA.
Si BBVA consigue adquirir el 50,15% de capital que se ha propuesto con esta opa, el coste sería de 2.249 millones de euros, una cifra similar a lo que habría costado Banco Sabadell. Para persuadir a los accionistas de Garanti BBVA, la oferta es de 12,20 liras turcas por acción, un 24% más del valor bursátil del último mes.
Para los accionistas del banco, se espera que la operación incremente el beneficio por acción en un 13,7% en 2022. Sin embargo, los accionistas de BBVA no han visto con buenos ojos este movimiento y se decantaron por vender: la acción perdió un 4,5% de su valor al final de la sesión de este lunes.
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