“Ya no hablamos de coches, hablamos de movilidad”, plantea Antonio Garamendi, presidente de CEOE. El representante de los empresarios ilustra con esa frase el cambio conceptual que se produce en el mercado: de vender productos como son los coches a vender servicios, como es la movilidad, entendida como la necesidad de desplazarse. Durante un encuentro […]
TransporteDirigentes Digital
| 01 dic 2021
“Ya no hablamos de coches, hablamos de movilidad”, plantea Antonio Garamendi, presidente de CEOE. El representante de los empresarios ilustra con esa frase el cambio conceptual que se produce en el mercado: de vender productos como son los coches a vender servicios, como es la movilidad, entendida como la necesidad de desplazarse.
Durante un encuentro empresarial organizado por CEOE y BMW Group España y Portugal celebrado recientemente, se puso de manifiesto que el sector del transporte, sea cual sea su denominación, implica a amplias capas sociales e industriales. Garamendi incide en que se trata de “un sector clave que genera el 10% del PIB”. El presidente de la patronal subraya el sufrimiento que ha sufrido el sector de la automoción durante los últimos tiempos, al que ahora también afectan los problemas en la cadena de suministro.
No obstante, cree que el peso de este mercado en el conjunto de la economía española supone hacer una transición ordenada. Por ejemplo, se calcula que renovando el parque móvil se conseguiría reducir un 15% la emisión de gases contaminantes, lo que contribuiría en gran medida al objetivo de descarbonizar la economía española. Por eso, Garamendi viene a decir que no se trata de “exigir cambios profundos si no son inteligentes”.
Asimismo, en plena negociación por un marco laboral, Garamendi advierte de que los fabricantes de automóviles asentados en España se preguntan cada cierto tiempo si siguen construyendo nuevos modelos en las fábricas españolas. Por eso, para la CEOE no solo hay que fijarse en la sostenibilidad o en la digitalización, “sino también en los planteamientos fiscales o desde el punto de vista laboral” para que el país siga siendo atractivo para crear riqueza y empleo.
Por su parte, Manuel Terroba, presidente ejecutivo de BMW Group en España y Portugal, añade que se necesita abordar esta transformación desde la “transversalidad”, es decir, implicando a la parte privada, a la pública y al propio ciudadano. Así, uno de los principales objetivos debe ser “que el ciudadano tenga accesibilidad” y eso se traduce en que para que el coche eléctrico se consolide hay que promover aspectos como las infraestructuras de carga.
Desde el punto de vista de Terroba, “hay que favorecer la fiscalidad”. En este momento en el que los precios de los eléctricos “no pueden ser competitivos” por las “enormes inversiones” que han hecho los fabricantes, el presidente de BMW Group en España y Portugal pone un ejemplo muy claro: “Si un ciudadano no se siente seguro de dónde va a podre cargar el vehículo y encima el coche es más caro, va a ser difícil que elija el eléctrico”.
Por su parte, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, rechaza que haya que ir a un cambio de modelo completo. “La sostenibilidad no es incompatible con la capacidad productiva”, afirma. En su opinión, el esfuerzo debería estar en adaptar el modelo productivo de forma que tenga lugar un “proceso socialmente justo” y que ni los ciudadanos ni las empresas se queden en el camino de esta transformación.
En un debate celebrado en el mismo evento, diversos dirigentes dieron sus percepciones sobre cómo evolucionará la movilidad en los próximos años. Desde Acciona, José María López-Galiacho prevé que la movilidad acabará siendo un servicio compartido, como puede ser el tren y pone el foco en que la electrificación no sirve de nada si la energía necesaria para hacer funcionar los vehículos proviene de fuentes no renovables.
El vicepresidente de Boeing Global Technology añade que este campo requiere la colaboración público-privada y buscar una solución que afecte a todo el sistema, “a la movilidad en sentido amplio”. Por otra parte, en lo que se refiere al transporte aéreo, reclama la investigación de combustibles sostenibles, para lo que invita a las administraciones públicas a apostar por “políticas de incentivos y no de tasas”.
Raquel Blanco, directora global de Smart Mobility de Iberdrola, cree que “el ciudadano tiene que estar en el centro”, lo que implica proporcionar las soluciones que requiera según su situación y sus intereses. Por último, Enrique Torres, director de ventas de Siemens Mobility, considera que el debate de la sostenibilidad “ya está pasado” y cree que la tecnología puede incrementar las posibilidades de mejorar el transporte y la movilidad.