A lo largo del último año, el teletrabajo se ha impuesto en muchas empresas como una de las principales consecuencias de la pandemia. Durante este tiempo, su implantación ha variado marcando un punto de inflexión en las herramientas utilizadas para trabajar y, ahora, los modelos híbridos y flexibles se alzan como las principales tendencias adoptadas […]
Dirigentes Digital
| 12 abr 2021
A lo largo del último año, el teletrabajo se ha impuesto en muchas empresas como una de las principales consecuencias de la pandemia. Durante este tiempo, su implantación ha variado marcando un punto de inflexión en las herramientas utilizadas para trabajar y, ahora, los modelos híbridos y flexibles se alzan como las principales tendencias adoptadas por los empleados para llevar a cabo su actividad laboral.
En el cuarto trimestre de 2020, casi dos millones de ocupados teletrabajaron de manera habitual en España, un 36% menos que las personas registradas en el segundo trimestre de ese mismo año, momento en el que se decretó el primer estado de alarma, según datos de la consultora Ranstad, facilitados por Verne Group. A pesar de este descenso, el número de individuos que desarrollan su actividad en remoto ha aumentado considerablemente con respecto a los años anteriores y representa el doble que en 2019.
En este sentido, tal y como destacan todos los pronósticos, las empresas prevén mantener el teletrabajo a largo plazo. Por ello, en la era pos-covid, las herramientas multicloud o híbridas cobrarán más importancia en la mayor parte de las grandes empresas, combinando la asistencia a la oficina con el trabajo en remoto. El director de Verne TECH, la división de negocio de tecnologías emergentes de Verne Group, Antonio Soto, comenta que, como consecuencia de esta situación, “la inversión tecnológica relacionada con la nube se disparará en los próximos años”.
Ante el avance de la tecnología cloud, con el fin de dar respuesta a las necesidades de las organizaciones, desde el grupo apuntan que las infraestructuras empresariales y la arquitectura data center deben contar con tres pilares esenciales. Por este motivo, en una nota detallan que estos deben ser capaces de hacer frente a los entornos cambiantes. Así, en primer lugar, destacan un sistema escalable de datos y flexible que sea capaz de operar en diferentes escenarios.
El segundo punto hace referencia a la ciberseguridad, al mencionar la trascendencia de tener a disposición de las empresas unos medios seguros, tanto en lo relativo a las comunicaciones como en los dispositivos. Y, por último, también aluden a la importancia de que los empleados dispongan de sistemas de recuperación ante desastres, como método de soporte en el caso de que las anteriores fórmulas incurran en algún error. De esta forma, frente a fallos en la arquitectura, un desastre natural o un ciberataque, estos sistemas permitirán asegurar la continuidad del negocio.