"Políticos y entidades financieras en entredicho, condonación de la deuda en partidos políticos, guerra de OPAs y contra-OPAs, financiación irregular y sospechosa, millones de personas en la calle en contra de la reforma educativa… Un sinfín de despropósitos que evidencia el lamentable espectáculo que están protagonizando nuestros políticos, más propio de una república bananera que de un país que pretende regirse por un estado de derecho que hace unos años ocupaba un respetable lugar en el concierto económico mundial y hoy nadie puede saber lo que queda de él".
Podríamos pensar que esta tribuna de opinión se ha escrito en este momento, pero no. Estamos recuperando lo que ya expresábamos hace 10 años. Y es que, lamentablemente, la historia se repite. Lo que rezaba la tribuna de la revista Dirigentes de diciembre de 2005, titulada ‘El carrusel de la risa’, fácilmente se puede aplicar a la situación actual, bochornosa, en un momento en el que mientras los ciudadanos y empresas luchamos por salir de la crisis con el sudor de nuestra frente y de nuestros bolsillos, otros siguen enredándose en palabras vacías que sólo tratan de confundir a la población y en discursos absurdos que sólo persiguen el objetivo de posar de cara a la galería.
"La primera reacción de las personas sensatas y bien intencionadas ante este carrusel de tipos circenses provoca risa -rezaba nuestra tribuna de 2005-, porque entendemos que están de broma, quizá con el objetivo de hacer reír a los ciudadanos. Caso contrario, que es lo más probable, en lugar de risa nos dará pena, mucha pena".
Y lo que temíamos por aquel entonces se ha cumplido, y lo que en el editorial de antaño expresábamos en tiempo futuro, ahora irremediablemente lo decimos en presente: Se ha quebrado la paz social, las instituciones están en entredicho, se ha perjudicado a las empresas, sus empleados y sus accionistas; los políticos han perdido la credibilidad que les quedaba…
"Los españoles ya no soportan tanto estrés, preocupación, incertidumbre y nerviosismo. Y están en su derecho. Quieren paz, tranquilidad, trabajo y seguridad, una sociedad donde se respeten los derechos inalienables de la persona, donde se pueda vivir en paz y sin sobresaltos diarios", decíamos hace 10 años.
Y, con el panorama desolador que se presenta en este año electoral, podríamos volver a decir lo mismo que hace una década: "Los políticos deberían hacer un parón en esta alocada carrera hacia ninguna parte y reflexionar seriamente -si pueden y están capacitados-, poner orden a sus ideas y tratar de arreglar el gran follón que ellos -no los ciudadanos- han organizado. En caso contrario, deberían cuestionarse la continuidad al frente de sus responsabilidades. Si ellos no lo hacen, lo harán los ciudadanos que les votaron para protagonizar otros espectáculos que den risa, pero de la buena, producto de la satisfacción personal, del bienestar social y de la confianza en el futuro". Que así sea.
hemeroteca