Por primera vez en 20 años, la paridad euro-dólar es una realidad. Y es que si bien la moneda única del viejo continente ha estado por encima de la divisa estadounidense en su cotización todos estos años, lo cierto es que determinados factores están haciendo cambiar las tornas. “Aunque el euro lleva tiempo debilitándose frente […]
DivisasPor primera vez en 20 años, la paridad euro-dólar es una realidad. Y es que si bien la moneda única del viejo continente ha estado por encima de la divisa estadounidense en su cotización todos estos años, lo cierto es que determinados factores están haciendo cambiar las tornas.
“Aunque el euro lleva tiempo debilitándose frente al billete verde, ahora está a punto de superar el nivel de paridad, un nivel psicológicamente importante”, destaca Robbie Boukhoufane, gestor de Schroders.
El euro se ha registrado a la baja, debido en parte al las bajas perspectivas de crecimiento ante el aumento de precios en el viejo continente, provocado, en gran medida por la guerra en Ucrania y la dependencia europea del gas ruso. “Un ejemplo de cómo esto se está reflejando en los datos macroeconómicos es el hecho de que Alemania haya registrado recientemente su primer déficit comercial mensual desde 1991. Esto se debió a los elevados costes de las importaciones, así como a una menor demanda de exportaciones”, resalta el experto de Schroders.
“Siguen existiendo riesgos a la baja en el actual entorno marcado por el débil crecimiento, ya que el racionamiento de gas se convierte en una posibilidad real. Si esto se materializa, estaremos ante un escenario de crecimiento aún más incierto”, explica.
Y matiza que los mercados de divisas son una vía para que los inversores se posicionen ante una recesión europea.
“Aunque los políticos han tratado de contrarrestar el impacto y proteger los ingresos reales de los consumidores, las medidas anunciadas hasta ahora son insuficientes para absorberlo por completo. Las probabilidades de una estanflación estructural son altas si el racionamiento del gas se hace realidad. El temor a este escenario ha intensificado la debilidad del euro en las últimas semanas”, hace hincapié.
Por su parte, y en plena bajada del euro y lo que le rodea, el dólar se ha fortalecido, sobre todo, teniendo en cuenta los acontecimientos que han rodeado al mercado este 2022, que le han hecho subir casi un 10% en lo que va de año.
“La economía estadounidense es mucho más autosuficiente en lo que respecta a los mercados de materias primas clave, en particular el gas natural”, explica el experto de Schroders, que explica que el aumento de la inflación en la energía y los alimentos está teniendo consecuencias negativas a nivel mundial para el crecimiento, lo que está dando lugar a una creciente destrucción de la demanda en muchas economías a medida que los bancos centrales endurecen su política. “En este entorno, los inversores buscan la seguridad del dólar estadounidense y acumulan efectivo en dólares”, asegura.
Por otro lado, desde el banco privado suizo Julius Baer, el economista David Alexander Meier, resalta que también la acentuada divergencia de los precios de producción y de la relación de intercambio entre la zona del euro y los Estados Unidos surge como un fuerte viento en contra del euro y del dólar, algo que tal y como explica, se suma a la fortaleza del dólar impulsada por la aversión al riesgo y las expectativas de anticipación de la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Y es que lo cierto es que el banco central de la potencia, la Reserva Federal, está efectuando movimientos de subidas de tipos mucho más rápidas que las del BCE, provocando ya un diferencial de tipos de interés de alrededor del 3% basado en los tipos de mercado actuales.
“Esta ventaja de rendimiento del 3% a favor del dólar estadounidense está induciendo a los inversores a depositar su dinero en efectivo en dólares, especialmente en un mundo marcado por tanta incertidumbre económica y geopolítica”, explica el entendido de Schroders.
Para el experto de Julius Baer, este impulso a favor del dólar también se ha visto reforzado por la aversión al riesgo debida a la angustia por la recesión y la sorpresa al alza de la tasa de inflación de EE.UU. hasta el 9,1% el pasado miércoles, que elevó temporalmente la probabilidad implícita en el mercado de una subida de tipos de 100 puntos básicos (pb) el 27 de julio por encima del 50%, habían empujado al dólar hasta casi la paridad frente al euro.
Fuente: Investing – EUR/USD de los últimos tres meses
Para Miguel Uceda, director de Inversiones de Welzia, sin duda el dólar va a superar al euro en breve, alegando que el billete verde de la potencia está en máximos de hace dos décadas y del resto de factores que lo fortalecen ante el resto de divisas, fundamentalmente ante su principal competidora, el euro.
Sin embargo, las perspectivas de esta subida del dólar frente al euro, ahora que estamos prácticmamente observando la paridad de divisas, no está tan clara para todos. De hecho, Miguel Carmiña, CEO y cofundador de Micappital, indica que intentar adivinar el movimiento del tipo de cambio, “es como jugar a la ruleta”.
"Lo que si que hacemos es estar preparados para adaptarnos a cualquier situación que ocurra y tomar decisiones para aprovecharnos de esos movimientos impredecibles, tanto en el tipo de cambio como en los mercados. Es cierto que la situación actual del euro-dólar no se veía desde 2002, así que debemos estar preparados para un rebote o para que el dólar supere al euro. El impacto en la economía europea también es dificil de predecir, porque hay muchos frentes abiertos, además del tipo de cambio, que están moviendo los mercados y las expectativas”, expresa Carmina, que adjunta que, a priori, para Europa el hecho de tener un dólar fuerte “no será la mejor noticia”, pues “hace que nos cuesten mucho más las importaciones de productos en dólares, cercano al 50% de todas las importaciones que hacemos”.
Sin embargo, no todo es malo. Carmiña destaca que este cambio también hace más atractiva la exportación de productos en euros a Estados Unidos, aunque estas exportaciones son más reducidas. “Lo que está claro es que no será positivo para el control de la inflación, ya de por sí disparada. Al pagar más por todos los productos que importamos en dólares, esto se ve reflejado en los precios, incrementando aún más la subida de los mismos que ya estamos viendo”, resalta el CEO de Micappital.
“A medida que los datos económicos se debilitan y la inflación cae, cualquier señal de que el banco central estadounidense está cerca de alcanzar el punto máximo de ajuste aliviará parte de la presión alcista sobre el dólar. Sin embargo, todavía no hemos llegado a ese punto”, destaca el experto de Schroders.
Julius Baer explica que reconociendo que este poderoso motor seguirá existiendo a corto plazo y dominará los factores que esperamos que contribuyan a medio plazo a un dólar más suave, han ajustado las previsiones para el EUR/USD a 1,03 en +3 meses y a 1,06 en+12 meses. “Es probable que esta situación se mantenga durante algún tiempo, ya que la repercusión del aumento de los precios de las materias primas energéticas aún no se ha detenido. Por lo tanto, los factores que esperábamos que indujeran un retroceso del EUR/USD se ven amortiguados, como el fin de la subida de los diferenciales de tipos de interés del USD”, concreta.
"Seguimos esperando que la Fed haga una pausa debido al retroceso de la inflación a finales de este año, mientras que el BCE inicia su normalización de tipos la semana que viene y, con unos tipos aún bajos, tiene pocas restricciones para continuar con el endurecimiento gradual de su política. Además, el carácter anticíclico del dólar estadounidense puede empezar a desempeñar un papel más importante, ya que la desaceleración inducida por la política monetaria amplía la diferencia entre el crecimiento estadounidense y el mundial. Por lo tanto, reconocemos un apoyo duradero a corto plazo para el dólar y un aumento de los vientos en contra del euro, y revisamos nuestros objetivos para el EUR/USD en consecuencia. Una subida de 50 puntos básicos del BCE, como esperamos este jueves, con la debilidad del euro aumentando la motivación para hacer más de los 25 puntos básicos esperados por el consenso, puede ofrecer una primera consolidación para el euro", añade.
“Un euro débil, con unas economías orientadas a la exportación, puede dinamizar el sector exterior europeo, muy importante en países como Alemania. Sin embargo, la otra cara de la moneda es que una moneda débil importa inflación y debilita las compras de activos energéticos cotizados en dólares, que cada vez pesan más en la balanza comercial. La campaña de turismo europea, en el verano de 2022, puede ser receptora de mayor número de turistas americanos, haciendo que tengamos un impulso mayor al esperado”, concreta el experto de Wezia.