Una de las claves puede estar en los bancos centrales. “Sus políticas monetarias actuales hacen que el ciclo económico actual sea difícil de leer, sino imposible”, señala Igor de Maack, gestor en DNCA, firma afiliada de Natixis IM. De hecho, pongamos sobre la mesa que pese a contar con un crecimiento global cercano al 3 por ciento, los mercados aplauden cualquier atisbo de rebajas de tipos para estimular el crecimiento y la inflación. Y, sobre todo en Europa, esos tipos bajos no parecen haber cumplido ninguno de esos dos objetivos, mientras que para el gestor de DNCA si bien Estados Unidos está “fabricando” más crecimiento, esto no se debe a los tipos de interés, sino “principalmente a que Estados Unidos cuenta con un modelo económico ultra flexible, una potencia cibernética increíble y gracias a los flujos de capital con los que opera”.
De hecho, recuerda que últimamente la FED ha aumentado sus tasas sin afectar demasiado al crecimiento. “ Y habría continuado haciéndolo si la guerra comercial entre China y los Estados Unidos no hubiera sido tan preocupante en los círculos económicos”, señala Igor de Maack.
La inflación sigue baja
Esto por el lado del crecimiento pero, ¿qué pasa por el lado de los precios?. Desde la firma afiliada de Natixis IM llaman la atención sobre el hecho de que la digitalización “permite a cualquier consumidor comparar y evaluar, de manera rápida y en cualquier momento, los precios de los bienes y servicios”. Una transparencia de precios que “obliga al sector comercial a operar políticas de precios cada vez más atractivas para mantener sus ventas a flote”. Y eso lleva a que, con la excepción de la presión sobre los precios del petróleo, la inflación siga siendo baja, “lo que hace que las políticas monetarias sean ineficaces” también en este punto.
Una actuación de los bancos centrales que les ha situado en el epicentro de los mercados, que acuden a ellos al menor contrapié en busca de respuestas. “Los bancos centrales se lo han jugado todo a que las medidas de estímulo serían la solución y a que ésta sería rápida y efectiva y llevamos diez años con esas medidas”, asegura Alexis Ortega, socio-director de Finagentes Gestión. “Se nos dijo que esto se revertiría muy fácilmente y la realidad es que en cuanto se ha intentado han aparecido de nuevo las alarmas. Estamos, por tanto, en una situación realmente complicada. En los mercados se nos exige ir hacia activos de riesgo pero hay muchos que en estos momentos están en zona de burbuja”, señala.
Lo que dictan los bonos y las acciones
Y, en efecto, la realidad que observamos en los mercados genera dudas. Se están dando los dos extremos: búsqueda de refugio en bonos y bolsas que siguen al alza. Pablo García, director general de Divacons Alphavalue, asegura que la renta fija descuenta un escenario de japonización o de recesión. Sin embargo, llama la atención sobre el hecho de que la renta variable todavía muestra una fase expansiva de resultados, dado que las expectativas de beneficios por acción este año están en torno al +6/7 por ciento en Europa y casi en un +10 por ciento para el año que viene. Es decir, uno de los dos activos está equivocado porque, como apunta García, “no podemos tener las subidas que tenemos en los precios de los bonos soberanos (que al final son el activo libre de riesgo) y tener el comportamiento y las expectativas saludables que muestra la renta variable”.
Es por ello que considera que veremos revisión a la baja de expectativas de resultados en las compañías, sobre todo, de los sectores más cíclicos. Es decir, “o la renta variable debe caer y ajustarse a unas expectativas de desaceleración o la renta fija tendría que tener mejor comportamiento”, concluye el director general de Divacons-Alphavalue.
2019-07-03 07:52:09