El sector de la reapertura económica, entendiendo como tal al que incluye al turismo, la hostelería y las aerolíneas, principalmente, contaba con muy buenas perspectivas a comienzos de año. De hecho, en el Ibex, IAG era uno de los tres valores que arrancaron con más fuerza el año. Las previsiones invitaban a pensar que en […]
El sector de la reapertura económica, entendiendo como tal al que incluye al turismo, la hostelería y las aerolíneas, principalmente, contaba con muy buenas perspectivas a comienzos de año. De hecho, en el Ibex, IAG era uno de los tres valores que arrancaron con más fuerza el año. Las previsiones invitaban a pensar que en 2022 se alcanzaría el 70% del nivel de actividad que se llegó en 2019 para el sector. La recuperación parecía clara gracias al fin de las restricciones y a un menor impacto del virus en los sistemas sanitarios.
Sin embargo, la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha supuesto un nuevo revés, especialmente para las aerolíneas. Por el momento, la hostelería y el turismo no se ven tan perjudicados. “El encarecimiento del precio del crudo y el cierre del espacio aéreo ruso son los dos motivos principales que suponen un nuevo problema para el sector”, comenta Juan Cánovas, gestor de renta variable de Altair Finance. “Varias compañías japonesas, por ejemplo, ya han asegurado que suspenderán numerosos vuelos internacionales porque no les sale rentable usar rutas que no pasen por Rusia”, añadía.
En primer lugar, como problema principal están los precios del combustible, que han vuelto a niveles que no se veían desde 2014, lo que afecta especialmente a las aerolíneas que no disponen de una cobertura suficiente. La preocupación por el futuro suministro de crudo ruso ha hecho que los precios del petróleo vuelvan a superar a los 100 dólares por barril, en respuesta a la invasión rusa de Ucrania, que ha desatado amplias sanciones internacionales contra el presidente Vladimir Putin y su Gobierno.
“Normalmente, para estas compañías, el combustible es la primera o segunda fuente de costes, por lo que el precio del combustible para aviones ha sido durante mucho tiempo el factor determinante de la rentabilidad de las aerolíneas, representando entre el 15% y el 35% de sus costes de explotación en la última década”, comenta Azza Chammem, analista senior de rating corporativo de Scope Ratings.
Si bien es cierto que algunas compañías aéreas han cubierto sus gastos de combustible de forma activa comprando una determinada cantidad de queroseno a precios predeterminados mediante swaps, futuros y opciones de compra con un horizonte de uno a dos años. Sin embargo, tras la pandemia, las compañías aéreas tuvieron que dejar sus aviones en tierra y los precios de los combustibles mostraron una gran volatilidad, por lo que se vieron obligadas a comprar combustible que no necesitaban a precios superiores a los del mercado.
No solamente influye y afecta el precio del crudo, también lo hacen las sanciones y el cierre del espacio aéreo ruso. “Las aerolíneas que se vean obligadas a elegir rutas más largas para evitar sobrevolar la enorme masa de tierra rusa también aumentarían el consumo de combustible”, explica Chammen. Lo que puede suponer un encarecimiento del precio de los billetes de avión y, por ende, una menor demanda por parte de los consumidores, algo que supone un problema porque ingresarán menos y la recuperación todavía se prolongará.
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